Que el frío extremo tiene propiedades analgésicas es un hecho sabido desde tiempos inmemoriales. Nuestros antepasados ya aconsejaban el uso del hielo y de la nieve para el alivio de los dolores por traumatismo.
La tradición nos insta a aplicar hielo sobre las torceduras y sobre los músculos doloridos, incluso para reducir el riesgo de la formación de hematomas. Sin duda, el frío es un excelene analgésico, antiinflamatorio, y también posee una acción hemostática ampliamente reconocida.
En qué consiste la crioterapia
Es la ciencia que investiga la aplicación del frío en el organismo. El frío terapéutico cada vez se utiliza más en diversos tratamientos.
Los progresos de la tecnología nos permiten exponer el cuerpo a cámaras frías durante pocos minutos. Las temperaturas pueden llegar hasta los 110 grados centígrados bajo cero.
¿Qué se consigue con los baños de frío extremo?
Son un choque térmico vivificante y curativo que se utiliza desde hace dos décadas en el tratamiento de:
- artrosis, reumatismo degenerativo
- procesos inflamatorios
- dolores crónicos
- problemas varicosos y alivio de piernas pesadas
- cambios de humor
- transtornos del sueño
En atletas de élite, está indicada dicha terapia tras el entrenamiento intenso porque el frío permite mejorar la recuperación muscular y también elimina las denominadas agujetas.
Aplicaciones en cirugía
- En los hopitales se conservan células humanas, válvulas cardíacas, embriones…
- La criocirugía permite congelar las células cancerosas mejorando la retirada del tumor
- Se utiliza sobre todo en cánceres de pulmón y tumores de hígado y riñón.
Quizás no esté lejos el día en que la hibernación deje de ser un tema de ciencia ficción para aumentar la esperanza de vida de un gran número de casos incurables.