Revista Ebusiness

Crisis de deuda soberana

Por Motivia @universomotivia

“Un soneto me manda hacer violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto,
catorce versos dicen que es soneto:
burla, burlando van los tres delante…”
Félix Lope de Vega y Carpio.

Tamaño es el reto que tengo por delante y que acepté gustosamente cuando mi gran amigo Carlos me lanzó una inocente pregunta: ¿por qué no escribes sobre noticias económicas positivas?. ¿En esta época?. En mi vida me he visto en tal aprieto.
Recordé la frase de W. Churchill –que algo sabía de crisis el hombre–: “Soy optimista, no parece muy útil ser otra cosa”, así que decidí ver la botella “casi llena”, que lo de “medio llena” es para pesimistas.

Al recoger el guante que gentilmente me lanzó Carlos en este espacio para los sueños que es MOTIVIA (¿qué es un proceso de emprendimiento sino un campo de sueños?), decidí afrontarlo con el máximo rigor y objetividad que requiere este magnífico foro.

Dejo una idea que valdrá para casi cualquier reflexión económica: cualquier noticia positiva tiene su reverso oscuro y viceversa (“Luke, I´m your father”. Darth Vader dixit), es elección de cada uno qué faceta del diamante quiere mirar.

Empiezo esta colaboración reflexionando sobre la crisis de deuda. Es de todos conocido que nos encontramos en medio de una crisis múltiple, una de cuyas manifestaciones más virulentas ha sido la crisis de deuda soberana, hasta el punto de poner en entredicho la solvencia de los países y la existencia misma del euro como moneda común.

Esta crisis de deuda soberana ha afectado a todos los países en mayor o menor medida, pero particularmente a Portugal, España, Italia, Irlanda y Grecia. Es lícito hacernos la siguiente pregunta: ¿se encuentra la crisis de deuda soberana en un momento crítico o por el contrario se encuentra en vías de solución?.

Observemos la siguiente gráfica en la que se refleja el valor del Seguro de Impago de Deuda (CDS en sus siglas en inglés) para Portugal, España, Italia e Irlanda:
Crisis de deuda soberana
Los CDS representan el riesgo de insolvencia de cada país y por tanto el valor del seguro que el inversor ha de suscribir para cubrir el riesgo de impago cuando adquiere deuda soberana.

Podemos comprobar que se produjo un punto álgido del valor del CDS entre enero y julio de 2012 para los diferentes países representados. A partir de ahí podemos ver que todos (repito, TODOS) los países representados entran en lo que en términos bursátiles denominaríamos un “canal bajista”, figura que en análisis técnico augura una fuerte corrección a la baja en la que aún nos encontramos.

Esto indica que pasado el verano, los famosos “mercados” percibieron una drástica reducción en el riesgo de impago de los países más afectados por la crisis de deuda soberana, pero ¿por qué esta disminución del riesgo de impago?, ¿porque se han aplicado las medidas de austeridad?, ¿porque se decidió la creación del fondo de rescate europeo?. No, la respuesta es mucho más simple: el 26 de julio de 2012, Mario Dragui, presidente del BCE pronunció la frase mágica: “El Banco Central está dispuesto a hacer todo lo que sea necesario para preservar el euro. Y créanme, eso será suficiente”. Se constató en ese momento que la prima de riesgo y por tanto el riesgo país tienen mucha más dependencia de la política que de la economía. Esa sola frase tuvo más peso que todas las medidas de recorte, de reducción del deficit, de reducción de salarios, de rescate a las entidades financieras.

La crisis de deuda soberana se encuentra en vías de corrección, a fecha de hoy parece difícil que volvamos a ver la prima de riesgo en las proximidades de los 600 puntos básicos, parece que deberíamos verla en el entorno de los 200 o 250.

“…burla, burlando van los tres delante…”


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