Washington Frustrado, que incluso sus aliados políticos cuestionaran su corazón, el presidente Donald Trump determinó el miércoles temprano que rompería con sus propios reclamos engañosos y terminaría con la práctica de separar familias en la frontera.
Fue una decisión abrupta para un presidente conocido por inclinarse más por sus decisiones impopulares que por abandonarlas. A pesar de que las discusiones internas sobre la confrontación de las detenciones de menores habían estado en curso durante una semana, la decisión de Trump de firmar una orden ejecutiva aún sorprendió a algunos de sus asesores más cercanos. El rápido giro de los acontecimientos está generando nuevas preguntas sobre los asesores que alentaron a Trump a mantener la línea, incluso cuando sus protectores más acérrimos lo instaron a cambiar de rumbo.
Mientras tanto, el documento firmado por Trump no reunirá a los más de 2.300 niños actualmente separados de sus padres, cuya difícil situación en la que Trump admitió en privado esta semana fue profundamente perjudicial para él políticamente.
Mientras los miembros desinflados de su personal corren hacia las salidas o se distancian de sus caprichos, Trump está mayormente solo. Ahora, pasando tres meses sin un director de comunicaciones, Trump se determinó a sí mismo cuándo y cómo hablar. Eternamente cauteloso de parecer débil frente a los críticos, Trump luchó durante días sobre cómo enfrentar la crisis humanitaria y política, dijeron personas familiarizadas con su pensamiento, pero tomaron los consejos externos solo fugazmente.
Cómo exactamente la orden ejecutiva que firmó Trump el miércoles solucionará la situación actual aún no se conoce. Es probable que esté involucrado en una batalla judicial, y el Departamento de Salud y Servicios Humanos reconoció horas después de que Trump firmó la orden en la Oficina Oval que los miles de niños retenidos ahora no se reunirán con sus padres de inmediato.
El departamento luego retiró esa declaración, diciendo que el vocero “se equivocó” y que esperaría más información sobre cómo proceder. La confusión habló de la naturaleza apresurada de la medida, que se produjo rápidamente después de que Trump instruyera a los asesores el miércoles temprano para preparar una manera para que oficial y públicamente termine la práctica de separación. Como lo hizo durante una reunión el martes por la tarde con legisladores en Capitol Hill, Trump nuevamente reconoció en privado a la mañana siguiente que las imágenes de los niños jugaron terriblemente para él, incluso mientras especulaba que los medios solo mostraban las peores imágenes.
Trump insistió a los ayudantes para que realizaran algún tipo de acción formal, a pesar de que las separaciones podrían terminar sin una, diciendo que era necesario que lo consideraran dar un paso decisivo en lugar de revertir silenciosamente su propia política de “cero tolerancia” que llevó a la crisis.
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