Esta mañana en cuanto me he levantado he sido muy clara con él.
-Quiero el divorcio.
-¿Y eso?
- Porque ahora en vacaciones estamos juntos las 24 horas y claro, la convivencia se hace insoportable. Me doy cuenta de todos tus defectos y de las cosas que no me gustan de ti y que a pesar de los años tú no has hecho nada por cambiar y he decidido que lo mejor es el divorcio.
-Pero no estamos de vacaciones, tú estás en el paro y yo estoy trabajando.
-Ya, pero trabajas en jornada intensiva y llegas antes, eso no lo negarás.
-Sí, pero por la tarde me pongo en el jardín y no te veo. Además tú estás enganchada ahí en el blog así que…
-Sí que te veo, te pasa la puñetera tarde pidiendo agua con hielo porque dices que el polvo se te mete en las narices.
-Ya, pero no me la das tú, me la da la Niña que esa sí que está de vacaciones.
-¡No cambies de tema! Que siempre haces igual. Todas las revistas femeninas dicen que en verano con las vacaciones, las parejas se resquebrajan y los divorcios aumentan un montón y nosotros no vamos a ser menos que los demás. ¡Que ya estoy harta de ser diferente con esto de la crisis, coño!
-Vale, pero es que si el detonante son las vacaciones, te repito que no estamos de vacaciones. No dudo que la gente que tenga vacaciones pase por eso, pero nosotros no tenemos vacaciones. ¿Entendido?
-Pero hemos estado de vacaciones. Acuérdate cuando estuvimos en Praga ¡Ah, ah!
-Sí, pero eso fue hace ya semanas así que eso no cuenta. Tenías que haber reaccionado en ese momento y no lo hiciste. Se siente. Hay que establecer correctamente las prioridades y no así, al tún tún de los cocos. Que siempre te pasa igual y luego estás quejándote de que no lo hiciste y dando la coña al personal.
-Definitivamente no te aguanto. Quiero el divorcio.
-Vale, vale, pero necesitas un motivo. A ver, cual.
-Que no te aguanto.
-Ya, pero eso no es creíble, porque de eso te habrías dado cuenta mucho antes y no que, ¡Hala! ahí esperando años y años para llegar a esa conclusión. Te va a decir el juez: ¿Pero es usted tonta señora ó qué? ¿Ha necesitado 34 años para darse cuenta de eso?
-En serio, que ganas de tirarle a uno por tierra los planes desde por la mañana, ¡joder!
-No, es que tú enseguida te pones y te da lo mismo divorciarte que ir al super y eso no es, coño. Luego llegamos allí y hacemos el ridículo porque yo lo de las revistas, que quieres que te diga que muy científicas no las veo pero en fin…
-Anda que vas a llegar tarde. Adiós.
-Si quieres después de comer seguimos hablando del tema y
-¡NO! Déjalo, si he leído que cuando vuelves de vacaciones las cosas mejoran porque la rutina coloca otra vez las relaciones. Y total, nosotros hemos vuelto de Praga hace ya días…
-Bueno, pero que conste que por mí no es, que luego vas diciendo que si tal que si cual. Que yo, si tengo que estar tres días hablando de lo mismo oye que sin problemas.
-¡Vete!
-Vaaaale. Adiós buenorra. ¡MUUUUACK!
-Estoy segura de que si no le siguiera el maldito rollo, lograría divorciarme…