Buenas noches, buenos días y, por si acaso usted no ha optado por una siestecilla… ¡Buenas tardes querido lector y lectora!
Espero que hayan disfrutado del fin de semana y tengan energías renovadas para afrontar la rutina de nuevo. En mi caso, he disfrutado de un merecidísimo descanso en la ciudad de Burgos (suelo ir unas cuatro veces al año).
Estaba yo sentado en el Café España cuando mi agudo oído escuchó el tema de conversación de la mesa de al lado. Era un grupo de jóvenes que afirmaban que en 2020 iba a haber una nueva crisis financiera, y, apuesto, a que tú también lo habías escuchado antes.
Todo el mundo culpa a los economistas de no haber predicho la Crisis de 2008, y sin embargo, parece que en estos 10 años la gente ha aprendido a leer el futuro.
En mi opinión, para mirar al pasado, lo primero que debemos hacer es echar la vista atrás. Aprovechando que hace 10 años de la última gran crisis, y que este miércoles 24 hacen 89 años de el Crack del 29, vamos a recordar a lo largo de estos días qué paso, y si puede volver a ocurrir.
En esta serie de artículos me propongo exponer una comparativa entre la crisis de 1929 y la de 2008. Para ello, haré una diferenciación de las dos cuestiones, explicando sobre la marcha las similitudes en cada uno de los apartados que tratamos (Periodo previo a las crisis, causas, desarrollo y difusión, consecuencias y políticas de recuperación), y luego las diferencias.
De entrada, he preparado una introducción para cada uno de los apartados. La función de las mismas será la de determinar una idea principal acerca de los diferentes periodos y sus crisis correspondientes, captando así la atención del lector y estableciendo una serie de conocimientos previos para entender con mayor claridad los posteriores apartados. Todo esto intentando no caer en la redundancia.
Así pues, comenzamos con la introducción del Crack del 29.
INTRODUCCIÓN A LA CRISIS FINANCIERA DE 1929
Era jueves aquel 24 de octubre de 1929 y amaneció muy negro en Nueva York. Las órdenes de venta de acciones se acumulaban a lo loco y tiradas de precio sin encontrar comprador. Ese día nadie quería comprar, todos querían vender. Miles de millones de dólares se convirtieron en humo en pocas horas y, empresas que parecían inquebrantables, se fueron a pique. Aquel jueves negro la Bolsa de Nueva York hizo Crack y, años de creciente prosperidad terminaron en catástrofe.
Los felices años 20 habían sido un despiporre económico en Estados Unidos la bolsa subía y subía y, cuanto más se invertía, más subía, y cuanto más subía, más se invertía. Los empresarios recogían beneficios a manos llenas y, los consumidores, pese a tener los sueldos estancados, a lo suyo, a consumir y claro, para consumir había que pedir créditos. Durante este periodo se dispararon la compra de electrodomésticos y de coches.
A principios de octubre de aquel 1929 la bolsa empezó a bajar. Esto no sucedió de golpe, sino poco a poco y bueno muchos pensaron que a lo mejor eso de la bolsa no era tan buena idea así que, mejor recoger beneficios y largarse con viento fresco. Al Jueves Negro le siguió un martes renegrido cuando se pusieron a la venta de golpe 12 millones de títulos y otros 16 millones cinco días después, con los precios ya en el subsuelo.
La burbuja había reventado. Después del Crack de Nueva York llegó el de Chicago, el de San Francisco y el del país entero, y luego el de Europa, que aún no había levantado cabeza tras la gran guerra y se quedó sin los préstamos estadounidenses.
Gran parte del dinero invertido en la bolsa era producto de los créditos bancarios y en cuanto la bolsa se hundió, los ahorros se esfumaron. Ya no se podían pagar esos créditos y los bancos tampoco podían cobrarlos. Quebraron empresas, quebraron bancos y quebraron las familias. Uno de cada cuatro trabajadores se fue al paro, los agricultores no vendían ni un pimiento y se disparó el impago de hipotecas. Los urbanitas perdieron sus casas, los campesinos sus granjas y, lo único que les quedó a muchos después del desahucio fue el coche, a él se fueron a vivir y a vagar por un país en quiebra en busca de miserables contratos temporales.
Esta es la historia de una catástrofe financiera que esperamos que nunca vuelva a repetirse.
INTRODUCCIÓN A LA CRISIS FINANCIERA DE 2008
La crisis financiera del año 2008, es una de las crisis más destacadas en la historia de la humanidad, y en la que hoy en día, seguimos observando sus severas consecuencias económicas. Dicha crisis estalló con la ruptura de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en el año 2006, debido al riesgo de la compra de las hipotecas denominadas como hipotecas subprime. No obstante, siendo en el año 2008 cuando se produjeron la mayor parte de las consecuencias económicas mundiales, comenzando en el país originario de este problema, Estados Unidos, y progresando continuamente al resto de la economía mundial.
Afectando principalmente a una carencia de la liquidez, y llegando progresivamente a una gran crisis mundial.
Desde el comienzo de la crisis hasta nuestros días, para tratar de mejorar y estabilizar la severa situación ocasionada por la crisis se llevaron a cabo una serie de medidas por parte de los gobiernos de los países implicados, como son unas medidas gubernamentales para evitar las situaciones de impago de los hogares, mediante planes de rescate o una aplicación de una política monetaria, llevada a cabo por los bancos.
Lo que comenzó como una crisis local, pronto se globalizó debido a que la mayoría de los bancos internacionales habían realizado inversiones en el sector inmobiliario.
Esta crisis pasará a la historia, debido a la gran repercusión mundial que ha adquirido, por ello en el trabajo trataremos de hacer una síntesis de la mejor manera posible de todo lo relacionado con dicho problema, el cual sigue estando presente en nuestra actualidad.
Con esto, termino el primer artículo. ¡Espero que haya sido fácil de digerir!