Cristiano Ronaldo: derechos y deberes...

No me gusta lo que pasa con Cristiano. No hay derecho a que un jugador -controvertido o no- reciba permanentemente una catarata de menosprecios, insultos y cánticos. Con ellos se falta al respeto del deportista y del rival, que debería recibir sólo la hostilidad de una grada que está a favor de su equipo y que no debería ‘cachondearse’ de algo que traspasa la línea de lo que siempre ha sido y será un ambiente futbolístico. Toda la vida han salido voces discordantes en los estadios, pero hay formas y formas y Cristiano recibió demasiado castigo en Mallorca.
Ya sé que hay muchos aficionados que dicen aquello de: 'Se lo tiene bien merecido por su actitud y arrogancia...' Como siempre, todo es subjetivo. Otros defienden: ‘¿Por qué no pasa eso con Messi o con otros grandes jugadores? Será por algo.’ No me parece una excusa de suficiente peso como para justificar el hecho de que Cristiano, desde que pisa ‘tierra rival’, sea insultado y menospreciado.
Cristiano levanta pasiones y odios. Es un profesional del fútbol, pero también una persona y los límites están donde están: en la educación. No se puede cruzar esa línea, porque de ahí a la batalla campal sólo hay un milímetro. El portugués tiene el deber de mantener la cabeza fría, hacerse el sordo y centrarse en el juego, pero un asiento en la grada no otorga derecho al insulto.
Por otro lado, tampoco me gustó que Ronaldo, ya con el 0-5 en el marcador, hiciera gestos a la grada de que no le importaba el ‘castigo’ verbal que estaba recibiendo. Él a sus goles, la afición a divertirse con educación –un estadio nunca será un auditorio- y todos a respetarnos muchos más. Y lo escrito no va sólo por una parte de la afición del Mallorca. Está pasando cada vez más, no sólo con CR7, y me preocupa. Al fútbol hay que ir en familia, como toda la vida, y este comportamiento no es un buen ejemplo ni para niños, ni para mayores.
Recapacitemos. 'Al enemigo ni agua', como se suele decir, pero menosprecios tampoco. ¡Paz, por favor! En un momento de tanta crispación dejemos que las claves del fútbol sigan siendo las de siempre: ilusión, pasión y apoyo a tus colores, pero hasta ahí.