El posible fichaje de Gareth Bale por el Real Madrid es algo que, como un hit veraniego, nos ha ido acompañando a lo largo del verano desde que acabó la Liga. Han habido momentos en los donde el aburrimiento que puede generar el goteo de información poco relevante ha sido alto, sin olvidar los debates que siempre genera una contratación con tanto dinero de por medio. Pero al igual que las canciones del verano también tiene puntos que bien te pueden solucionar una noche pensando en cómo será un Real Madrid con un jugador del corte del galés (y sin tener que beber un par de copas).
Porque siguiendo al rechazo de mover tanto dinero por un jugador, lo oportuno de su contratación ha sido uno de las quejas más oídas entre aficionados madridistas y de otros hinchas interesados en el juego más allá de los colores. Un equipo que cuenta con Cristiano Ronaldo, Isco, Özil, Di María, Modric y hasta con Kaka (sin olvidar a Benzema, Jesé y Morata) ¿tiene la necesidad de reforzar la segunda línea de ataque? La primera respuesta que nos sale a todos seguro que es la misma, pero hay que reconocer (al igual que se hizo con Neymar y el Barcelona) que el Madrid, si aspira a seguir siendo candidato al dominio europeo, debe contar con los mejores jugadores disponibles y hasta hay quien piensa que Bale sería el sustituto a nivel futbolístico e icónico de Cristiano Ronaldo en el caso de que el portugués decida no prolongar su contrato y 'medio forzar' así una salida a medio plazo. Aún así, personalmente, el precio que se pagaría, de primeras, me parece excesivo. Y escribo de primeras porque al igual que pasó con Cristiano Ronaldo no hace mucho, su fútbol y su aportación al equipo se encargó de que nos olvidáramos de lo que pagó el Madrid por él.
Pero yendo a lo que realmente importa, lo que pasa en el campo, uno de los juegos más entretenidos hasta que empiece la Liga será saber cómo decidiría encajar Ancelotti tanto talento tan limitadas plazas de titulares. Haciendo un breve repaso por su trayectoria en el primer nivel, es de esperar que el nuevo entrenador del Real Madrid trate de hacer un once con la mayor cantidad de talento posible (e incluso que pueda ser equilibrado). Repasando ligeramente su último trabajo al frente del PSG vemos como fue jugando con diferentes esquemas hasta encontrar uno en donde Ibrahimovic, Lavezzi, Pastore y Lucas pudieran encajar. También Verratti algo más alejado del ataque, tenía su plaza mientras rindió. ¿Cómo no intentar algo así con el Madrid?
Una de las opciones que parece ganar peso con el paso de los días (todo cambiaría si finalmente el Madrid también fichare a un delantero centro) es que Cristiano Ronaldo complete la evolución de su juego convirtiéndose en un delantero de manera definitiva. No hablamos de un 9 puro pero sí de un punta que acompañe a Benzema o que, en el caso de que el francés no jugara, él fuera la referencia en ataque. Ciertamente sería un 9 que no fijaría centrales, pero sí crearía espacios para Bale, Isco y Özil (a quienes sitúo por detrás del portugués) y no se perdería la capacidad de asociación que tiene Benzema.
La opción de que Cristiano y Benzema compartan la delantera acercarían al Madrid a lo visto en el PSG, con un doble 9 donde uno de ellos casi es un mediapunta más y los teóricos hombres de banda serían mediapuntas más 'abiertos'. Imaginamos a Benzema de referente, Cristiano con libertad por el carril central y algo más abiertos, Bale y Özil con la posibilidad de que Modric, Isco, Illarramendi, Khedira, Alonso o Casemiro completen por dentro. Esta opción provocaría que, por lo menos el lateral derecho (ya sea Arbeloa o Carvajal) fueran exigidos de protagonismo en ataque, cuanto menos posicional, para aprovechar el espacio que crearía la diagonal de Özil hacia el interior.
Un sistema de ataque que, con algún matiz, se pudo ver en el partido amistoso ante el Chelsea.
Orientados en las nuevas ubicaciones que podría ocupar Cristiano Ronaldo, hay que centrarse en dónde y qué aportaría Gareth Bale. La locomotara galesa, uno de los jugadores que más ha crecido en los últimos años (con una explosión en los últimos meses de la campaña pasada) destaca por su velocidad y su disparo, por ello se hace complicado imaginarlo en algún sitio que no sea la banda en este Madrid que aglutina tanto toque por dentro.De jugar por la izquierda y compartir once con Cristiano Ronaldo, la teoría nos dice que podrían 'molestarse', ya que Bale necesita espacio para romper en velocidad y el portugués, aún en su nuevo rol, tiene, por naturaleza, una clara tendencia a caer a la banda izquierda para también explotar su diagonal para disparar.Pero por si todo esto no fuera suficiente reto para Ancelotti ¿qué pasaría con los laterales izquierdos? Tanto Marcelo como Coentrao tienen una proyección ofensiva lo suficientemente importante como para considerar la opción de quitarles espacios.
Cierto es que Bale, joven, sigue evolucionando su juego y cada vez 'centra' más su posición, pero si pegado a la banda crearía un exceso de efectivos en la zona, lo que ocurría de centrarlo más sería también poco útil de primeras, comiéndose espacio de los asociativos centrocampistas con los que cuenta ahora mismo el Real Madrid.
Con todo esto, el fichaje de Bale constaría de dos fases claramente definidas: la primera la dura negociación con Levy, quien ya ha puesto sobre la mesa de Florentino Pérez las cantidades y los nombres por los que accedería a vender a su jugador estrella, y la otra, más interesante y hasta menos morbosa, saber cómo podría Ancelotti gestionar a tanto futbolistas potencialmente indiscutible en un equipo que parece ya engrasado para la dura campaña que le queda por delante. Algo que sólo puede pasar en el Real Madrid.