Dec un artículo criticando la portada del Vogue, que Irina tapa la desnudez de Ronaldo, cuando en realidad, la guapa es él. No le falta razón. Sin negarle toda suerte de méritos futbolísticos al deportista luso, no es menos cierto que el éxito se empaña por sus pecualires celebraciones de los tantos marcados, así como por el alarde de su musculatura y otras actitudes mostradas públicamente, y que guardan poca o ninguna relación con la mesura y la modestia. Deportistas olímpicos, que entrenan tanto o más duro de lo que lo hace el astro del fútbol, apenas ven premiado su esfuerzo con un reconoimiento efímero de sus méritos, acompañado en todo caso, de una cantidad de dinero ridícula si la comparamos con la que percibe este muchacho mal criado. Ganar la medalla de oro de baloncesto, aún estando bien remunerado, no tiene nada que ver con marcar goles en la liga de las estrellas, es como si no fuesen ambas actividades deportivas. Irina Shayk es hermosa y su mirada la rodea de un halo de inocencia y misterio a la vez, que la hacen especialmente atractiva. El pportugués, al menos, ha enido buen gusto a la hora de echarse novia, que se dice, y aunque le deseo a la pareja toda suerte de venturas,, aún quedaría más encaantado si a los méritos deportivos del madridista, se uniese la prudencia y la elegancia de la que carece actualmente.