No predijo que acabaría como una regadera
Cristina Blanco era una que se ganaba la vida siendo bruja de famosos algo cleptomana.Se dice que llegó a sacarle a Emilio Aragón unos 15 millones de pesetas. Pocos saben que su hijo es Miguel Ángel Muñoz, el cachas de Un paso adelante.
Antes de ser bruja fue dependienta del Corte Inglés, pero como le gustaban los horóscopos de los periódicos decidió hacerse vidente. Primero escribiendo los horóscopos en TeleMadrid y poco a poco codeándose con famosos.
Luego empezó a ser vidente y a echar cartas.
Le iba de puta madre hasta que hicieron un reportaje llamado La gran mentira del corazón en Telecinco. Entonces se supo que de pitonisa nada y que a lo que se dedicaba era a organizar montajes. De hecho, ella creó ese monstruo mediático de Belén Esteban.
Ese reportaje la hundió y empezó a ir cuesta abajo y sin frenos. Los famosos ya no la llamaban ni por equivocación y su marido la dejó. Fue condenada a 16 meses de cárcel por robo de tarjetas de crédito y móviles en un hotel. En el momento de su detención, intentó supuestamente suicidarse con varias pastillas.
Acabó echando las cartas en un manicomio hasta que se fugó. Desde entonces viaja por el mundo a lo mochilero hasta llegar al Nepal y buscar la inspiración divina. Eso o está otra vez en el manicomio.