Revista Opinión

Cristina está muy afectada. ¿Y a mi que me importa?

Publicado el 23 diciembre 2014 por Javiersobrevive

URGANDARIN

Ya está bien, ¿nos toman el pelo o qué? Tenemos la suerte de que el juez Castro sea un juez valiente porque si no con el asunto de la Infanta Cristia e Iñaki Urdangarín nos habrían vuelto a tomar el pelo a todos los españoles. Para empezar la actitud del fiscal Horrach, ¿para que quiere abogado defensor la infanta teniendo a Horrach? Con un descaro, que no se molestan ni en disimular, intentan evitar a la infanta el banquillo mientras la mujer del ex socio de Urdangarín se tiene que sentar sin que nadie mueva un dedo para evitarlo. Y mucho menos el fiscal Horrach que defiende la imputación de la mujer de Torres con la misma beligerancia, y casi los mismos argumentos, con los que defiende la exculpación de la infanta.

Ahora ha llegado, por fin, un juez independiente y la va a sentar en el banquillo. El juez Castro y la juez Alaya son la excepción que confirma la regla de la justicia española. Mientras esto sucede los periodistas se dan la vuelta y preguntan: “¿Que tal está la Infanta?” A lo que su abogado defensor, el independentista Roca, contesta: “muy afectada.” ¿Y que? Me pregunto yo, a mi que me importa. ¿La afectaba algo a la infanta el que su marido nos robase a todos los españoles siendo ella hija y el otro yerno del Rey? Pues no, no sólo no les afectaba, se partían de risa, se gastaban una auténtica millonada a nuestra costa en un palacete de ensueño en Barcelona sin ni siquiera inmutarse.

Pues eso, que a mi como se encuentre ahora la infanta me importa un bledo directamente. Ahora se está empezando a hacer justicia, yo no quiero que a la infanta se le acuse de nada si no es culpable, no quiero que sólo por el hecho de pertenecer a la familia Real se le haga un linchamiento público. Pero hay una cosa cierta y evidente, la actitud del fiscal y del ministerio de justicia no ha sido la misma con la infanta que con la otra acusada en similares condiciones, la mujer de Diego Torres. ¿Alguien le ha preguntado a esa mujer o a su abogado que tal está? No, ¿verdad? Porque todos nos imaginamos que estará igual de fastidiada, pues lo mismo con la infanta, a mi me importa bastante poco en que situación esté.

Además hay un problema con este asunto, la instrucción del caso está siendo demasiado larga. Está siendo una instrucción demasiado larga no ya sólo por lo complicado del caso, también está siendo una instrucción demasiado larga por la lucha del ministerio fiscal para intentar salvar a la infanta. Es tal el deseo del fiscal de salvar a la infanta que el juez tiene que hilar muy, muy fino en la instrucción.

Todo esto a quien más perjudica, no nos engañemos, es a los propios acusados, sobre todo a la infanta. Su imagen público estará, me imagino, a la misma altura que su moral, pero eso no es más que culpa suya y de sus salvadores. Si la instrucción hubiera sido igual que al resto de los mortales lo que tuviera que pasar habría pasado ya y, además, sin tanto bombo y platillo.


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