Revista Ciencia

Cristina Garmendia, la magnolia de acero de ZP

Por F.guiral - S.pérez

Corren rumores en los mentideros políticos de que Zapatero quiere hacer desaparecer  de un plumazo el Ministerio de Ciencia e Innovación, liderado por Cristina Garmendia, con el objetivo de ahorrar costes. Un ejercicio visible, visiblemente erróneo y absurdo, de dar un mensaje de austeridad a una opinión pública lastrada por el desempley aún noqueada por subidas de impuestos y congelaciones varias.

Quién sabe si los rumores de su deseo de volver a la empresa privada, recogidos por ABC hace unos días, partieron  precisamente de las filas socialistas. El caso es que ella ya se ha encargado de dejar claro que tiene intención de seguir como Ministra a pesar de enfrentarse a un nuevo recorte presupuestario en I+D para 2011. Este tijeretazo, calificado por ella misma como “congelación”, y que supone un presupuesto global de 4.700 millones de euros, supone un  descenso del 10% respecto al presupuesto destinado a I+D para 2010, que ya sufrió un recorte del 15%.

De este modo Cristina Garmendia  se queda en primera línea de fuego, tratando de salvar lo máximo posible del sueño que le llevó a ocupar la cartera ministerial en 2008 y que no renuncia a abandonar a pesar de tener que ver  cómo sus atribuciones y presupuestos iban menguando año tras año. Me consta por personas cercanas a ella que su paso por el Micinn no ha sido un taconeo entre algodones precisamente.

Mientras tanto el Gobierno de Zapatero dice amén como un tierno infante cuando Obama y Ángela Merkel le echan la bronca por haberse gastado demasiado dinero en chuches. Pero  no sigue la estela de ambos líderes internacionales a la hora de apostar por la innovación científica como llave para salir de esta crisis que cada día se cobra nuevas bajas. Ni potencia emergente ni país consolidado, sino todo lo contrario. Así, nos quedamos como una patera en medio de la nada en materia científica. Tapando agujeros para que no se nos hunda la barca mientras nuestros jóvenes investigadores o subsisten o emigran.

Pero ella sigue firme, aunque dolorida, peleando en su batalla por convertir a España en una potencia científica comunitaria. Así lo demostró ayer en el Congreso de los Diputados, donde defendió su gestión de forma más contundente que nunca. En eso la Ministra de Ciencia e Innovación y yo tenemos algo en común: somos de las que, cuando creamos y creemos en un sueño, nos quedamos a luchar por él hasta el final.

Cristina Garmendia, la magnolia de acero de ZP


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