Revista Creaciones
Cristina Pérez Gabrielli es una pintora que inventa lo que mira y pinta lo que quiere. Y con esta rotunda aseveración, no hago otra cosa que afirmar que nos encontramos ante una artista que, desde su muy alta capacidad plástica, crea y afirma la posibilidad de un mundo concreto y real sin tener por ello que renunciar a la aquí advertible y necesaria relación interna entre pintor y cuadro ; en una palabra, nos encontramos ante esaaventura infinita de la pintura: crear un mundo nuevo cada día.Si hubiese que definir el universo plástico de esta pintora, necesariamente, tendría que referirlo al mejor de los campos poéticos, al de la poesía como conocimiento. Una poesía dibujada y cromada en la que es palpable una fina tristeza inmediata, una ternura derramada, una esperanza posible, y en la que la mirada encendida y libre de su autora se asía alfilo de un recuerdo, a la crsta de un otoño que se derrumba en últimas nostalgias, a la brisa emboscada en una sonrisa, al púdico tiemblo del campo...A tantas cosas que palpitan sin esfuerzo y personalidad a lo largo de toda su obra y que nos dicen con elocuencia que es posible crear sólo lo que se siente y conoce: Pérez Gabrielli inventa lo que quiere, pintándolo. Así, dos temas se dan en esta muestra con unidad de anillo: la figura, preferentemente femenina y el paisaje, y para los que a mi entender caben en toda su dimensión estas palabras de Luis Rosales :" Todo vive aquí naturalmente, o , quizá, todo descansa, por un instante sólo, de vivir".Manuel Urbano."...Para mí botan de ese origen los dos rasgos más perceptibles en la pintura de Cristina Pérez Gabrielli : la preferente dedicación a la figura humana y al retrato, así como la manera de crearlo, por una parte, y el amor a la materia pictórica - es decir, al oficio- por otra"."...La artista, dicho de otro modo, parece querer replegar su personalidad tras la materia prima y los colores tan efizcamente descubiertos, para que hablen por si solos. Evidente actitud de humildad como en una anunciación coherente con esa otra humildad de las miradas en los retratos transidos de emoción."José Luis Sampedro