La presidenta Cristina Fernández de Kirchner culminó su gira por la República de Cuba, en donde estuvo dos días invitada por Raúl Castro para presenciar la misa que el papa Francisco celebró en La Habana y que la mandataria calificó de "emotiva y shockeante", además de reunirse con su par cubano en el Palacio de la Revolución y una cena ofrecida en su honor.
Cristina también mantuvo un encuentro en La Habana con el ex presidente de Cuba, Fidel Castro, pasado el mediodía, previo a su partida hacia Argentina.
La mandataria evitó hacer declaraciones sobre el encuentro que mantuvo con Fidel, con quien ya se había reunido en ocasiones anteriores durante sus visitas a la isla. reseñó Télam.
La visita de la Presidenta a la isla fue la cuarta desde 2009, y en esta oportunidad arribó al país con motivo de presenciar la misa del papa Francisco en La Habana, la primera de las tres que dará en su gira por tres días en Cuba.
En tanto, esta fue la séptima vez que Cristina se encontró con el pontífice argentino y la tercera que presencia una misa del papa en Latinoamérica, en la que en declaraciones a la prensa destacó que parecía que "el Che Guevara nos estaba mirando a todos, lo miraba al papa, que estaba a la izquierda del monumento".
Cristina arribó a la Plaza de la Revolución minutos antes de la llegada del Papa, colmada de personas que flameaban banderas cubanas, vaticanas, y también argentinas y de muchos los países de Latinoamérica.
Allí, se ubicó en primera fila junto a Raúl Castro y miembros de la comitiva presidencial que la acompañó, encabezada por el Canciller Héctor Timerman, frente al estrado papal en donde el papa celebró la histórica misa en Cuba y ofreció un sermón que la presidenta calificó de "muy interesante".
"Me gustaron mucho sus palabras" porque "habla del vulnerable y del pobre, y de que nadie puede sentirse cristiano si no los contempla", ya que hizo "alusión a esa parte del Evangelio en donde los apóstoles se pelean para ver quién es el más importante y a partir de allí da su sermón", mencionó Cristina.
"La idea de que el más importante es el último y el que sirva más a los vulnerables, pobres y necesitados me parece que es toda una idea, y yo le dije que casi me hizo pensar en 'la patria es el otro' cuando estaba dando el sermón", afirmó Cristina.
Finalizada la misa, Francisco saludó fraternalmente a la presidenta argentina y también a Raúl Castro, luego de lo cual la mandataria se retiró rápidamente del lugar mientras retribuía los saludos de los presentes.
La presidenta se reunió ayer con Castro, quien la invitó a presenciar la misa del Papa y ofreció una cena en su honor, que Cristina calificó, al ser consultada por Télam al respecto, de "un encuentro de amigos".
Ayer mantuvo también una reunión privada con el presidente de Cuba, previo a una ceremonia de recibimiento oficial en el Palacio de la Revolución que le ofreció la Guardia de Honor cubana, en donde se entonaron los himnos nacionales de los dos países.
Antes de partir de regreso a Buenos Aires, Cristina mantuvo un encuentro con la prensa en el aeropuerto internacional José Martí, y sostuvo que "estar hoy allí en esa Plaza con el papa y Raúl (Castro) sentado al lado, con el Che que nos miraba también Camilo Cienfuegos fue muy fuerte, porque está todo vinculado con nuestra historia", afirmó.
"Me parece que la historia va tomando su rumbo, que muchas veces es impredecible, que por ahí premia a muchos y enoja a otros, pero que es la historia, que es así: uno puede entenderla o tratar de decodificarla pero nunca enojarse con ella", afirmó.
"Yo siempre cuando vengo aquí me siento muy bien, como en casa, porque los cubanos me tratan como si fuera una compatriota", sostuvo Cristina y aseveró: "Debe tener que ver con la figura del Che y también con las posturas nuestras a nivel internacional, con la defensa que siempre se hizo y la firme condena que siempre se ha mantenido contra el bloqueo".
"No hay bloqueos ni muros que puedan durar más de 10 años, y yo creo que la historia finalmente termina arrasando con todas esas fronteras artificiales creadas por intereses mezquinos para aislar a los pueblos", concluyó, antes de partir en el Tango 01 hacia Argentina.