Cristina Soriano con una grabadora, tras el partido ante el Bàsquet Femení Sant Adrià. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
Toni Delgado (@ToniDelgadoG) / Horta
El Pavelló Virolai parece un aeropuerto en hora punta. Sólo faltan las maletas. La gala de Navidad de los equipos del Lima Horta Bàsquet es inminente y el primer equipo masculino y el júnior femenino están jugando su último partido del año. Parece el mejor contexto para que la base-escolta Cristina Soriano (Barcelona, 1993) recuerde uno de los episodios más le han marcado. La entrevistada se traslada mentalmente a un aeropuerto real, al de Barcelona-El Prat. Recalca que es tímida. Si lo es, lo disimula muy bien.
—Vino tanta gente a despedirse de mí... Amigas con pancartas, a mi tía se le caían las lágrimas, mis padres estaban tensos... Repartí besos y abrazos. Antes de pasar el control de seguridad ni me giré. ¡No podía! ¡No controlaba mis emociones! Mi padre siempre me dice que me hice la dura... Exploté en el avión, donde lloré como nunca... El viaje, larguísimo, se me hizo tan corto... Llegué a las dos de la madrugada de aquí, llamé a mis padres, y súper bien. Fue una ventaja que tuviera 20 años, tres más que las niñas que se van ahora a Estados Unidos. Es una experiencia brutal que recomiendo a todo el mundo. —Cristina, ¿comenzaste de cero?No. Hice una vida normal. En el aeropuerto tenía miedo a qué me encontraría en Estados Unidos y a dejar a mis seres queridos. Llorar va muy bien, eh. Me dejó nueva. —Tu caso es atípico: la Cameron University te llamó cuando ya estabas estudiando la carrera aquí. Empecé Periodismo en la Blanquerna, donde hice el primer año. Flipé. ¡Jugar en la NCAA y seguir formándome era una oportunidad que ni había soñado! En Estados Unidos me empapé, sobre todo, de periodismo local: trabajé en la radio y el diario de la uni. Lo que más me gustó fue el contacto real con el oficio: hicimos muchas prácticas en el plató de tele, salíamos a la calle, cubríamos actos y partidos... Aquí se da demasiada teoría. —¿Cómo eran las orientaciones para internacionales?La primera semana en Estados Unidos montaban una especie de club de recién llegados para conocernos y a aconsejarnos para sobrevivir: dónde ir al médico, comprar una T-10 americana... Toni, el mundo es un pañuelo... —A veces, hasta un pañuelo minúsculo. ¿Qué te pasó? Conocí a Paula. ¡También es de l'Hospitalet de Llobregat como yo! ¡Vivimos a 10 minutos y coincidimos en Oklahoma! Paula es un encanto y una de las personas que más me ayudó. Allí, al menos en la Cameron, el equipo se convierte en tu familia: ni el cuerpo técnico ni las compañeras te dejan sola. Desde el principio te hacen sentir como una más.
La entrevistada, muy feliz. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—L'Hospitalet es una ciudad muy de baloncesto. Mucho. El Bàsquet Centre Catòlic, el CB l'Hospitalet, el CEJ l'Hospitalet, que está creciendo muchísimo... Y, claro, lo que antes era la Associació Esportiva l'Hospitalet, en Les Planes. Allí me formé desde mini hasta el último año de júnior. Una amiga me propuso que me fuese al Draft Gramanet, a Copa Catalunya, y le hice caso. —Volvamos al presente. ¿Cómo es Judith Turrión como presidenta del comité de fiestas del Lima Horta Bàsquet?Cuando estamos cabizbajas o en un momento difícil, Judith es la primera que nos motiva y fomenta la unión en el grupo. Una virtud que traslada al mundo de la fiesta. Lo dejo ahí. [Se ríe]. —Una noche acabaste tras la barra de un bar. ¡Sí! Poniendo música y sirviendo copas en un nuevo local de Barcelona de un tío de... ¡Madagascar! El chico no tenía ni datáfono. Le pedí si podíamos poner una lista de canciones, y me dijo: "Tú misma, coge el iPad". Fue justo después de la gala de Navidad del año pasado. Las copas nos salieron más baratas a las compañeras del equipo y a mí. ¡Me lo curré, eh! —"Como jugadora Sori es un espectáculo, puede pasar de 0 a 100 en menos de un segundo. Tiene un gran dominio de balón y por momentos es imparable. Es inteligente y tiene carácter tanto fuera como dentro de pista", te retrata Judith Turrión.Me pongo roja y todo... Sí que tengo carácter... La explosividad es mi punto fuerte. Me gusta mucho repartir asistencias, que todo el mundo se lo pase bien jugando, y ser dinámica y directa al aro. —"Es una gran persona. Muy independiente y bastante reservada con su vida privada, es también muy extrovertida y divertida", te define Paula Tutusaus. Es compatible tener secretos y darlo todo a los demás. No tengo secretos con mis compañeras. Simplemente, y sobre todo cuando viajamos, necesito mi espacio, desconectar con la música... Creo que Tutu se refiere a eso con lo de independiente. Soy muy de la broma y, a veces, un poco despistada...
Cristina Soriano, la más rápida en el calentamiento. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—Habéis ganado por un claro 78-50 al Bàsquet Femení Sant Adrià, en un momento empezaréis la gala de Navidad del club... Y ha venido hasta Papá Noel... ¡Sí! ¡La victoria ha sido mejor regalo navideño! Desde el primer minuto hemos disfrutado defendiendo al límite, intentando dominar el rebote y correr, como nos pide Sergio [Manzano]. Hemos fluido bastante bien. Quizás haya sido nuestro mejor partido de la temporada. —Sergio Manzano nunca se conforma, pero... ¿Hoy lo notas contento?¡Como nunca! Aunque no sea de hablar mucho, Sergio nos lo ha dicho con la cara y con cómo nos chocaba las manos. Esta temporada estamos viviendo fases muy diferentes. ¡Ganar los cinco primeros partidos fue increíble! Después perdimos tres encuentros seguidos... ¡Siempre nos pasa! Tenemos subidas y bajadas que no entendemos ni nosotras. La primera derrota, ante el Barça CBS, nos afectó anímicamente. Y, por ejemplo, no nos esperábamos perder en Granada: no nos pusimos a su nivel de intensidad en defensa. A los Reyes Magos les pido regularidad. —Cristina, habrá mucha gente que pida eso, eh... Por si acaso, yo lo pido... [Risas]. —¿Eres muy analista?No. Me gusta que las cosas fluyan. Con los años, he aprendido, más o menos, a saber cómo actuar, y me va bastante bien. Pero... ¿A qué te refieres?—A analizar la vida, una victoria o una derrota. Tras perder, analizo lo mínimo, sobre todo si es una derrota personal. Te lo juro: estudio más la victoria que la derrota. —¿Sí?Sí. Me refiero a si hago o no un buen partido. Si me salen bien las cosas, analizo qué he hecho bien y pienso en qué puedo mejorar. Si he perdido, no me quiero calentar mucho: sé que me pueden salir mucho mejor las cosas. —Puedes jugar un mal partido y que tu equipo gane... ¡Ostras! ¿Ves? No me gusta ser tan analista. ¡No lo soy! —Si el equipo vence, siempre vences. Tienes razón. No soy analista. —Sin serlo vivirás más tranquila. Por cierto, ¿qué es lo que más te sorprendió de Sergio Manzano?Su gran confianza, en el buen sentido, con las jugadoras. Se preocupa mucho por nosotras dentro y fuera de la pista. Nunca había tenido un técnico tan cercano. Es familia. —¿Te habría ido bien tener a alguien como él en Estados Unidos?Mi entrenador allí también estaba muchísimo por mí, básicamente porque yo era de fuera y quería que estuviera concentrada en los entrenamientos, los estudios... Incluso me acompañaba al médico. Más que ganar el título, su objetivo era que todas nos graduáramos. Aquí me sorprende la proximidad de Sergio porque ya tengo casa, mi vida... —¿Te gustaría trabajar de gestora de comunidades?En el Lima Horta Bàsquet me están dando la oportunidad de ocuparme de sus redes sociales y me está encantando. Sí, ¿por qué no? También monto vídeos en la ACB y me mola. —¿Has hecho alguna crónica de algún partido tuyo?En mi primer año en la uni escribía textos de Copa Catalunya en Bàsquet Femení, una web especializada que desapareció. Yo jugaba en el Draft Gramanet y, como mucho, me mencioné un partido. Hice un buena actuación y tuve que comentar algo sobre mí, pero nada de "Cristina Soriano revolucionó el encuentro...". No sé... Me da corte... —¿Te da corte que hablen o hablar de ti?Bueno... Antes has leído algo que me ha puesto nerviosa... Soy tímida. A cualquier jugadora le gusta que le digan que lo ha hecho bien. En las crónicas intento no destacar a nadie en concreto, excepto en el caso de valoraciones increíbles. El baloncesto es un deporte colectivo. —Hasta hoy llevabas un 33% de efectividad en tiros libres. ¿Qué te está pasando? Con mi 100% ante el Bàsquet Femení Sant Adrià (7/7) mejoraré un poco la estadística... Diría que me falta concentración. Éste no es mi año... No sé si tengo muchas cosas en la cabeza o que, directamente, me falta confianza. Físicamente sí que estoy bien. Amplío mi deseo al Papá Noel: quiero regularidad y confianza en el baloncesto. ¡Gracias, Papa Noel! Enlaces relacionados