Cristobal Colón: Seguro que no has leido esta teoría

El grito de  cambio el mundo, pero la afirmación de que el almirante fue el primero en llegar, sigue cuestionándose a día de hoy. Otros estudios se refieren a su origen buscando pruebas que lo confirmen y tampoco se ha podido verificar el lugar donde descansan sus restos, pero la última sorprendente teoría asegura que Cristobal Colón pertenecía a la Orden de los Templarios.

En la historia universal los enigmas sobre la vida y muerte de Cristóbal Colón sin resolver, han marcado al personaje más relevante de la historia de la humanidad. Algunos historiadores, investigadores, escritores y científicos, continúan buscando las claves para explicar los misterios que lo rodean. La gran afirmación en torno a los templarios, asegura que Colón sabía hacia donde se dirigía desde el primer momento cuando se embarcó en Palos, conocía su destino final y como navegar hasta el. Cristobal Colón habría engañado a todos.
Tanto historiadores como otros muchos investigadores, afirman que fueron otras personas las que descubrieron el nuevo continente, que Colón confundió con las Indias. La teoría más explendida es que navegantes nórdicos fueron los primeros en desembarcar y se asentaron en el siglo X en lo que hoy se conoce como Canadá. Tampoco fue su viaje el más largo de la época, porque los navegantes portugueses realizaron viajes más largos y mucho más arriesgados, como rodear el Cabo de Buena Esperanza en 1488. Pero lo realmente heroico del viaje de Cristóbal Colón reside en el desconocimiento empírico del destino al que se dirigía. La anteriormente mencionada teoría desmiente lo que conocíamos hasta el momento y afirma que  poseía un mapa que marcaba el rumbo.
Estas y otras son las razones que usan algunas publicaciones, cuando explican que no se sabe cuál es el verdadero origen, ni la procedencia natal, y especulan que podría haber dejado Europa desde el puerto de La Rochelle (Francia), años antes durante el periodo final de la Orden del Temple junto con otros templarios persegidos con rumbo a las américas. Los indicios para llegar a estas conclusiones se basan entre otros en su forma de hablar en castellano, además de sus conocimientos de navegación, seguridad y los muchos secretos de su pasado. Otro motivo concluyente son las declaraciones del descubridor, investigadas a partir de las crónicas de la época, siempre rodeadas de misterios.
Un signo determinante de que era templario para los estudiosos de esta teoría son las cruces rojas de las carabelas, que llegaron el 12 de octubre de 1492 al nuevo continente. Aunque anecdótico, el hecho documentado de que al cruzar el Ecuador la brújula de la carabela enloqueció y sin embargo Cristobal Colón permaneció especialmente tranquilo, también se explicaría si supiera de antemano a donde se dirigía y por tanto no tendría por que tener temor alguno. Otro elemento son los relatos de los acompañantes, que hablan de la falta de preocupación ante las tempestades que atravesaron, para los defensores de la tesis, evidencia que sabía demasiado y era poseedor de un mapa con los detalles, que lo llevaron a su descubrimiento.
Parecen existir también pruebas suficientes para establecer su relación con el Papa Inocencio VIII, porque en la tumba del prelado se plasmó un texto altamente esclarecedor y asombroso que dice en latín: “Novi orbis suo aevo inventi gloria” (en mi pontificado se descubrió el Nuevo Mundo). El purpurado falleció meses antes de la llegada de Cristobal Colón a las americas, por lo cual no podría haber tenido conocimiento del hecho. El Papa anhelaba la continuidad de las cruzadas, que ante sus anteriores fracasos dejaron sin medios económicos la misión. No se puede olvidar que en tiempos de Colón la Iglesia afirmaba con firmeza, que la tierra era cuadrada, no dando crédito al pensamiento del gran visionario. La teoría entonces se fundamenta en que Colón era el enviado del pontífice, para adquirir los tesoros que la Iglesia necesitaba para la evangelización.
La fuerza entonces de las distintas tesis algunas realmente asombrosas, pretenden esclarecer los secretos que escondía el conquistador.
Los motivos que aseguran que Cristóbal Colón era Templario o que sus restos se encuentran en España, siguen esperando ser certificadas, lo cierto es que su afán por llegar al nuevo mundo lo llevó a descubrir un continente desconocido hasta entonces. Las dudas sobre el lugar de su nacimiento, el sitio donde descansa, los mapas que poseía o si pertenecía a la Orden del Temple y cómo elaboró sus calculos sobre la circunferencia de una tierra que hasta entonces se creía plana, así como su destino, seguirán sin encontrar respuesta por mucho tiempo. Seguramente antropólogos, investigadores y otros estudiosos, continuarán firmes en su labor y la polémica sobre estos asuntos, será una fuente de conocimiento para los amantes de la historia colombina.