Daniel Estulin es un personaje que vive de sus libros, donde cuenta cosas que al parecer le llegan de sus importantes contactos. Muchos podrán pensar que si Estulin quiere despertarnos y que veamos la realidad que él ve, lo valiente sería hacerlo gratuítamente por medio de su web, por ejemplo. Sin embargo, desde que es “famoso”, la información gratuíta en su web se ha convertido en casi inexistente. Tras vender innumerables libros, sigue sin abrazar el altruísmo. Antes al contrario, se dedica a aprovechar el filón de “personaje famoso con mucha información privilegiada”.
Como suele pasarle a la gente que se convierte en “famosa”, Daniel Estulin parece que cree que él está recibiendo al fin lo que se merece, lo que piensa que debe recibir: admiración. Pero su ansia de admiración del que cualquiera puede darse cuenta adquiere connotaciones grotescas sobre todo en el modo y el tono en que decide tratar ciertos temas. Poco le importa salir en televisiones tan deplorables como Antena 3 o TV3.
Refiriéndome al tono que utiliza en ciertos temas, podemos recoger sus últimas erróneas palabras. En una de sus últimas entrevistas en TV3 de Cataluña dijo que los andaluces son unos vagos, lo que deduce por los altos niveles de paro en Andalucía. Además se indentificó partidario de la independencia de Cataluña. Prefiero achar esas palabras a su poquísimo conocimiento de la historia de España en el siglo XX.
Sus palabras siempre críticas y sus teorías cogidas con pinzas en su mayoría, dejan a este escritor en un nivel inferior al que él se presupone.