Hoy en día estamos viviendo una crisis profunda en todas las esferas, lo que nos obliga a replantearnos nuestra aceptación de las instituciones sociales más elementales. Es necesario problematizar la división del trabajo y la domesticación, bases mismas de la civilización. La ausencia de una crítica fundamental significaría que aceptamos un desastre de múltiples dimensiones como algo sencillamente inevitable. ¿Seremos capaces de encontrar un nuevo paradigma/marco/visión que funcione allí donde fracasaron intentos previos de enfocar la salud y la liberación? Siendo conscientes de que nunca debería haber un único camino “correcto”, el movimiento anticivilización, el pri- mitivismo y la anarquía verde parecen, en varias partes del mundo, muy prometedores. La sociedad de masas y su imperativo tecnológico están siendo, cada vez más, vistos como el problema, no como la solución.