Crítica big fish (2003) . por nahuel avendaño

Sinopsis: Will retorna a su hogar para intentar reconciliarse con su padre, Edward Bloom, quien se encuentra gravemente enfermo. Edward es un contador de cuentos que ha convertido su existencia en una serie de increíbles historias, alejándose así de su hijo, quien espera adivinar la verdadera historia de su vida.
Con una filmografía un poco extensa a sus espaldas y encasillado en un estilo que de a momentos le juega en contra, Tim Burton dirige esta película en la cual se hacen presentes muchos de sus rasgos a la hora de ambientar una historia, del genero que sea.
La cinta se divide en dos partes, aunque no estrictamente marcada, por una ¨real¨ y otra ¨fantástica¨ (al menos por el momento), y justamente lo que hace que esta división se rompa es la narrativa usada para proponer una especie de viaje a través de la vida del protagonista, se podría decir, ya que la visión subjetiva de los hechos que suceden cambia de un momento a otro dependiendo el personaje que la relate.
Entonces, nos encontramos con un padre al borde de su muerte y su relación con su hijo algo distante.Éste ultimo espera hallar ¨la verdadera imagen¨ de su padre, ya que piensa que cada una de sus historias son mas que puro invento.
La película invita a jugar entre la fantasía y la realidad, que ¨un hombre se convierte en su historia¨. A medida que se cuentan las pequeñas anécdotas que relatan la vida del padre, parecen esconderse metáforas en circunstancias pequeñas sin llegar a lo abstracto, pero rápidamente caen en situaciones humorísticas muy comunes en el cine de Burton y hacen decaer la seriedad en varias ocasiones. Cada una de estas historias parece independiente una de la otra, hasta diría que son ¨cortometrajes¨ dentro de otra película, pero siguen una linea logrando que se conecten. Para la segunda hora, la trama toma un aire de formalidad y pizcas de dramatismo, tratando de conmover al espectador, sin llegar al llanto fácil pero si a enternecer. Sin embargo, no la encontré del todo onírica o reflexiva como parece querer conseguir ser.
Los personajes son salidos del universo Burton, muy bien construidos en personalidad y aspecto. Esto va de la mano con las actuaciones, la cual tomaré mas en cuenta la de Ewan McGregor, que hace un despliegue por demás convincente.
Los escenarios son pintorescos, similares a los de cuentos de fantasías como nos acostumbra su director, pero perdiendo la penumbra de sus anteriores trabajos.
La cinta no llega al punto de aburrir, pero tampoco deslumbra: el argumento atrae por no ser tan común. Resumiendo lo dicho anteriormente:a primera hora la propuesta era interesante, no explota al máximo su misión de ser ¨existencialista¨, le sobran ciertos gag¨s y escenas absurdas, pero a su vez se disfruta mucho visualmente. Tiene pasajes de comedia ¨indicada¨, drama, tristeza y frases para recordar. No la vi como una gran película, pero de verse, vale la pena.
Puntuación: