Crítica cinematográfica por Javier Gragera
El cine de terror es incapaz de dejar en paz a la muerte. Por lo general, todos sus personajes tienen una relación conflictiva con ella: unos huyen de su amenaza, otros la buscan con ahínco y por supuesto están los que la provocan con placer o inconsciencia. La muerte siempre es la verdadera protagonista de películas que no pretenden tener un final feliz. Cementerio maldito, adaptación de una de las mejores novelas de Stephen King (Cementerio de animales, 1983), nos introduce en los meandros habituales, pero cambiando el cauce de los acontecimientos. Ahora lo que nos aterra no es tanto la muerte como aquellos que quieren transgredirla. La vida no es un camino de ida y vuelta.
Potente en su acentuado ánimo grotesco, la película que firman Dennis Widmyer y Kevin Kölsch brilla como ejercicio de estilo carente de ambiciones, en un asedio sin cuartel a los lugares comunes del género: la casa aislada, la leyenda tenebrosa, la niña diabólica, la noche susurrante, la niebla que flota densa entre los árboles… El filme hace muy bien su trabajo más elemental, ese de hacernos pasar un mal rato a base de sobresaltos, pero se echa en falta una mayor cautela para profundizar en el horror que sus personajes cargan por dentro. Y esa es tal vez la mayor deslealtad al relato original de King: la apuesta por una narración dinámica pero superficial que, de tanto precipitarse hacia delante, nos impide leer entrelíneas la moraleja de esta fábula tenebrosa y universal.
El resultado es un artefacto del terror que destila una concienzuda pureza y que, a diferencia de su protagonista, el padre que luchará hasta las últimas consecuencias por mantener intacta a su familia perfecta, no pretende quebrantar ningún límite. A veces sería mejor dejar a la muerte descansar en paz. También a las buenas historias.
+ INFO
Título original: Pet Sematary
Dirección: Dennis Widmyer y Kevin Kölsch
Guion: Dave Kajganich y Jeff Buhler
Reparto: Jason Clarke, John Lithgow, Amy Seimetz, Jeté Laurence
Fotografía: Laurie Rose
País: EE.UU. (2019)
Duración: 101’