Spielberg nos tiene acostumbrados a sus increíblemente divertidas películas, que en algunas ocasiones son geniales muestras de cine, como es el caso de la trilogía de Indiana Jones o de la primera entrega de Parque jurásico, y que en otras ocasiones la película no termina de cuajar. Caballo de batalla, su última película, se encuentra en este segundo grupo.
Joey es un hermoso caballo que es comprado por unos granjeros para arar el campo. Cuando estalla la Primera Guerra Mundial, Joey irá pasando de mano en mano, de facción en facción, contemplando todos los horrores de la guerra.
La dirección de Spielberg es muy buena, optando por un estilo muy clásico, y la fotografía ayuda enormemente a conseguir la estética que el film busca, pero pese a esto no se salva. Resulta excesivamente larga, la historia es demasiado melodramática y ñoña, y llega a puntos absolutamente insoportables. Cierto es que por lo general entretiene al espectador, pero cuando el film ha terminado es rápidamente olvidable.
Caballo de batalla tiene 6 nominaciones a los Oscar, entre las que se cuentan las de Mejor Película y Mejor Director, pero en ningún momento nos inclinaremos por ella en las quinielas anteriores a la entrega de los premios.