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Crítica cinematográfica: El truco final

Publicado el 01 agosto 2012 por Monotematicosfm @curnom


Crítica cinematográfica: El truco final
A día de hoy Christopher Nolan es considerado como un Mesías del mundo moderno en el ámbito cinematográfico. Su trilogía de Batman ha encandilado al gran público y una considerable proporción de la crítica especializada también le ha otorgado su visto bueno. Entre la masa algunas voces lo proclaman como uno de los mejores directores de las últimas décadas, incluso algunos llegan a colocarlo entre los mejores de la historia del cine. Esto es, obviamente, una aberrante exageración. Este tipo de comportamiento lo único que va a conseguir es que Nolan degenere, pues si incluso cuando hace una mala película todos nos derretimos por ella llegará a pensar que todo lo que hace, por malo que sea, es una obra maestra. Un claro ejemplo de esto es la tercera y última entrega de Batman dirigida por el director. A todo el mundo le encanta cuando se ve claramente que es una película realizada con absoluta desgana y dejadez. Nolan es un buen director, y un muy buen guionista; tiene excelentes películas como Origen, El caballero oscuro y Memento, pero también comete fallos, como en El truco final.
Alfred Borden es un ilusionista que es acusado de matar a Robert Angier, que compartía profesión con él. A través de la lectura del diario del fallecido por parte de Borden, vamos descubriendo la amistad que unía a ambos hombres desde hacía años, de como un terrible error los separó, de la rivalidad que surgió entre ellos desde entonces, y de un extraño y misterioso truco que parecía no tener explicación.
La obsesión de Nolan por dar giros de guión en el final de forma sorprendente termina por resultar un poco cargante. En Memento el final era excelente, y el giro justificado. En El truco final es fácil predecir que esa sorpresa existirá, pero cuando la presenciamos resulta un poco decepcionante. La película está estructurada como un gran truco de magia, todo lo que ocurre durante sus dos horas de duración está supeditado a ese truco. Y como todo buen truco es tremendamente divertido, eso es innegable; el film es dinámico, imparable, y gracias a un montaje decente no resulta un lío insoportable como ocurrió como dos de las tres de Batman.
Crítica cinematográfica: El truco final
Pero por muy entretenido que sea no deja de ser un entretenimiento algo barato. Cuando descubres el funcionamiento interno del truco dejas de fascinarte por él, comprendes que es algo sencillo y vacío. El film está demasiado orientado hacia su final, y de esta forma el tropiezo es aún mayor debido a que el final no está a la altura de nuestras expectativas.
No quiero tampoco ser tomado por un detractor de Nolan, ni mucho menos, yo también espero con interés su próxima película, pero no tiene una filmografía perfecta ni muchísimo menos, tiene tres películas realmente excelentes, pero también tiene grandes pifias como Batman Begins, y otras que no terminan de cuajar, como la que nos ocupa en esta ocasión. Debemos aprender a tener cierta perspectiva y a no quedarnos completamente fascinados con cualquier truco barato.  


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