Crítica cinematográfica: Los idus de marzo

George Clooney nos ha demostrado en varias ocasiones su solvencia delante y detrás de la cámara, tanto como actor como director e incluso coguionista, de cuatro que nos ha presentado tres de ellas han sido acogidas bastante bien por la crítica. Buenas noches y buena suerte estuvo nominada a seis Oscars, entre ellos mejor película, y Confesiones de una mente peligrosa tiene el gran incentivo de contar con un guión del excelente Chalie Kaufman. En esta ocasión, con Los idus de marzo posiblemente haya logrado su mejor trabajo como director.
Stephen Meyers es un joven director de comunicaciones de un candidato demócrata que se presenta a las primarias. Cundo Stephen comete el error de sentirse levemente seducido por la competencia, y descubre que la chica con la que está manteniendo una relación ha estado manteniendo en un turbio secreto se dará cuenta de lo duro que es el mundo en el que trabaja.
El guión es sólido, y está bien llevado a la gran pantalla por Clooney, con soltura y sapiencia del pulso narrativo que debe llevar, pero sin duda alguna el aspecto por el que más destaca es por las actuaciones. Ryan Gosling demuestra una vez más que es uno de los mejores actores de su generación, y por otro lado encontramos al ya veterano Philip Seymour Hoffman, que por supuesto, está enorme como siempre.
No es una película imprescindible ni mucho menos, pero tampoco se arrepiente uno de gastarse el dinero en ir a verla.