Revista Cultura y Ocio
La filmografía de Woody Allen es muy homogénea, casi siempre centrado en una misma temática que vuelve a tocar una y otra vez desde diferentes puntos más o menos alejados unos de otros. Cuando surgió Match Point en 2005 para muchos supuso una sorpresa dentro del tono al que nos tiene acostumbrados el director, pero si lo pensamos detenidamente no es tan inusual. En 1989, Allen dirigió un clarísimo precedente de Match Point, Delitos y faltas. En esta película la historia se doblaba en dos, una clásica de Woody Allen y otra en la que un hombre que tiene una amante se decanta por perpetrar un terrible crimen. Parece que trata de introducirnos esta temática con delicadeza, como preparándonos para lo que años después realizaría. Aún así, estos crímenes los utiliza el director con la única finalidad de analizar un comportamiento humano más: los remordimientos. Y estos remordimientos siempre han estado presentes en su filmografía de una forma u otra. Además es innegable que el ambiente burgués-refinado-culto que hay en Match Point es el que hay en una inmensa mayoría de las películas del director.
Chris Wilton es un tenista que deja el circuito profesional para dedicarse a profesor de tenis. De esta forma conoce al acaudalado Tom Hewett que le presenta a su hermana Chloe, con la que Chris terminará saliendo. El tenista también conocerá a Nola Rice, la novia de Tom, una mujer sensual y atractiva que despierta en Chris una atracción irrefrenable y salvaje. Comenzará así a engañar a Chloe con Nola en una espiral irrefrenable que tendrá un terrible final.
El tema central de la película es sin duda alguna la suerte, como anuncia al inicio de la película. Woody Allen está obsesionado con las cosas que escapan a su control, como pueden ser las enfermedades o la muerte, y lo explota en su cine constantemente. En esta ocasión da una pequeña vuelta de tuerca, y aquello que no puede tener bajo control es la suerte en general, la suerte como la esencia misma de la vida, algo impredecible, como puede llegar a serlo el final de la película.
Creemos conocer al protagonista al inicio de la película, que es una persona formal, razonable, tímida; pero cuando se encuentra con Nola todo cambia, es agresivo, es lanzado, infiel, la pasión le inunda y no puede contenerse. El personaje muta ante nuestros ojos, se convierte en algo que no desconocemos, y de esta forma, su última transformación no nos sorprende tanto. Llegados a este punto no tengo más remedio que soltar algún spoiler para poder analizar como es debido la película. Lo que empieza siendo una clásica película de Woody Allen se torna en algo oscuro e incluso misterioso. El monstruoso Chris prefiere matar a una anciana y a la mujer que realmente desea para poder mantener su nivel de vida elevado. La cosa se pone aún más escalofriante cuando tiene la sangre fría de mentir a la policía con descaro. Finalmente cuando parece no tener remordimientos por los crímenes cometidos se cierra el círculo, ya sí conocemos al personaje, alguien implacable y egoísta, como el Judah Rosenthal de Delitos y faltas que se sorprende a sí mismo sin tener ni un ápice de remordimiento por lo cometido.
Hacia el final de la película, Chris dice que si hubiese justicia en este mundo él sería castigado, pero no es así, la suerte juega a su favor y todo cambia, el mensaje final que nos deja Match Point es desolador, de injusticia en un mundo sin leyes. Gran película, de las mejores del más reciente Allen.