Crítica de cine por Javier Gragera
La arquitectura no existe sin personas. Columbus, ópera prima del realizador surcoreano Kogonada, nos lo confirma. En ella, la arquitectura cobra tal protagonismo que se despoja de su habitual función decorativa para transformarse en la columna vertebral de la película. El concepto, sin duda ambicioso, se concreta de manera magistral.
Lo que comienza siendo una ingenua ruta turística por los edificios modernistas más emblemáticos de la ciudad de Columbus (Indiana, EE.UU.), pronto nos introduce en una travesía emocional hacia el interior de sus dos protagonistas: Jin, un surcoreano que ha venido a la ciudad para acompañar a su padre, un afamado arquitecto que está en coma en el hospital, y Casey, una joven entusiasta que trabaja en la biblioteca municipal y que se niega a ir a la universidad para no verse obligada a cambiar de ciudad y separarse de su madre.
En este relato intimista de múltiples lecturas, Kogonada, también guionista, pone uno de sus acentos en la construcción de nuestra propia voz. El filme es una búsqueda constante de la palabra auténtica, no aprehendida. Lo que nos sale de dentro y no lo que se supone o nos han enseñado a decir. Casey aprenderá así a saltarse los discursos que ha memorizado en voz alta leyendo libros en la biblioteca mientras Jin, bajo el efecto catalizador de ella, obtendrá respuestas sobre su padre que hasta ahora nunca se había planteado.
Kogonada traza así una precisa estructura melancólica donde el padre de Jin siempre será el punto de fuga. Su figura es un enigma permanente, siempre fuera de foco. Hacia ella se proyecta Jin, atrapado en la ciudad mientras su padre no salga del coma, de la misma manera que desea huir y alejarse de él. Ambos, padre e hijo, han desarrollado sus vidas como dos líneas zigzagueantes que se han partido tantas veces como se han encontrado.
Ahora, en el presente que nos plantea la película, del padre recordamos apenas un cuerpo tirado en el suelo, una minucia insignificante ataviado con sombrero que yace ante la fría pared de un edificio, y al que solo podremos acercarnos a través de un puñado de apuntes escritos en su diario personal, que Jin le lee a Casey. En ellos, el viejo arquitecto escribe a corazón abierto y se expresa sin tapujos, a veces de manera incomprensible, dándole de manera fortuita a Casey su última lección: las palabras sinceras, las verdaderas, siempre tardan en encontrar su propio camino y salir a la luz.
Con una puesta en escena sutil, pausadamente elegante y apoyándose en la estupenda interpretación de Haley Lu Richardson, el director pone a sus personajes y conflictos en relación con paisajes y edificios y deja que los hechos fluyan con naturalidad, en una película que no renuncia a ser una velada metáfora de su propia experiencia vital. Kogonada emigró con su familia a Estados Unidos cuando era un niño. Él entonces se vio obligado a aprender a mirar un mundo diferente, a entrar en contacto con nuevas realidades urbanas y, cómo no, a encontrar su propia voz.
+ INFO
Título original: Columbus
Dirección: Kogonada
Guion: Kogonada
Reparto: John Cho, Harley Lu Richardson, Parker Posey, Michelle Forbes, Rory Culkin
Fotografía: Elisha Christian
País: EE.UU. (2017)
Duración: 104’