Revista Cine
Llega a las carteleras españolas una pequeña joya del cine negro. Cédric Jiménez utiliza una historia basada en hechos reales para relatar cómo se las gastaba lo que se denominó como la "french connection", un entramado dedicado al comercio de la droga que se enviaba principalmente a Estados Unidos. Con un Jean Dujardin en estado de gracia, la amoralidad y corruptibilidad de la sociedad marsellesa cobra vida con acierto en "Conexión Marsella".
Cuando hablamos de "french connection" rápidamente nos viene a la mente la película de 1971 de William Friedkin interpretada por Gene Hackman y ganadora de 5 Oscar. Salvando las distancias, volvemos a trasladarnos a los años 70, en pleno apogeo de las mafias de la droga. Sobre la mesa un juez implacable, recién ascendido, llamado Pierre Michel (Jean Dujardin). Muchos, cuando descubran el personaje, pensarán en él como el Elliot Ness francés.
Sin duda el personaje interpretado por Kevin Costner y éste que nos ocupa coinciden en varios puntos. Sobre todo en uno y fundamental, su pasión por hacer cumplir la ley y su absoluta e innegable honradez en un mundo corrupto y en venta. Marsella necesitaba de un Pierre Michel para demostrar que aún había salvación para una ciudad tan devastada por la violencia y el miedo.
Cédric Jiménez acierta al plantear una película de mucho ritmo, efectiva en sus planos y con una banda sonora fantástica. Como en todo buen título de mafias no falta la acción, la violencia, la traición, el cara a cara entre dos hombres enfrentados por la justicia y, sobre todo, un adecuado planteamiento de personajes llenos de matices que evolucionan constantemente.
El contrapunto a Dujardin lo compone Gilles Lellouche en su papel de Tany Zampa, un hombre sin escrúpulos, obsesionado con su negocio y en mantener el poder adquirido durante sus años de delincuencia. Un capo elegante, casi sin amigos, que mantiene el orden a través de un carácter devastador.
El enfrentamiento entre estos dos "egos" es como una guerra de guerrillas donde cada uno marca su estrategia con el fin de engañar a su adversario. En ese juego el espectador se entretiene deseando descubrir quién gana en este macabro enfrentamiento. Difícil encontrar un vencedor cuando te juegas tu familia, tu estabilidad emocional y, sobre todo, tu vida.
Un fantástico thriller con reminiscencias al mejor cine clásico que recupera un género que sigue manteniendo el interés con el paso de los años. No creo que haya nada mejor que una película de gangsters bien contada y "Conexión Marsella" lo es.
José Daniel Díaz
Cuando hablamos de "french connection" rápidamente nos viene a la mente la película de 1971 de William Friedkin interpretada por Gene Hackman y ganadora de 5 Oscar. Salvando las distancias, volvemos a trasladarnos a los años 70, en pleno apogeo de las mafias de la droga. Sobre la mesa un juez implacable, recién ascendido, llamado Pierre Michel (Jean Dujardin). Muchos, cuando descubran el personaje, pensarán en él como el Elliot Ness francés.
Sin duda el personaje interpretado por Kevin Costner y éste que nos ocupa coinciden en varios puntos. Sobre todo en uno y fundamental, su pasión por hacer cumplir la ley y su absoluta e innegable honradez en un mundo corrupto y en venta. Marsella necesitaba de un Pierre Michel para demostrar que aún había salvación para una ciudad tan devastada por la violencia y el miedo.
Cédric Jiménez acierta al plantear una película de mucho ritmo, efectiva en sus planos y con una banda sonora fantástica. Como en todo buen título de mafias no falta la acción, la violencia, la traición, el cara a cara entre dos hombres enfrentados por la justicia y, sobre todo, un adecuado planteamiento de personajes llenos de matices que evolucionan constantemente.
El contrapunto a Dujardin lo compone Gilles Lellouche en su papel de Tany Zampa, un hombre sin escrúpulos, obsesionado con su negocio y en mantener el poder adquirido durante sus años de delincuencia. Un capo elegante, casi sin amigos, que mantiene el orden a través de un carácter devastador.
El enfrentamiento entre estos dos "egos" es como una guerra de guerrillas donde cada uno marca su estrategia con el fin de engañar a su adversario. En ese juego el espectador se entretiene deseando descubrir quién gana en este macabro enfrentamiento. Difícil encontrar un vencedor cuando te juegas tu familia, tu estabilidad emocional y, sobre todo, tu vida.
Un fantástico thriller con reminiscencias al mejor cine clásico que recupera un género que sigue manteniendo el interés con el paso de los años. No creo que haya nada mejor que una película de gangsters bien contada y "Conexión Marsella" lo es.
José Daniel Díaz
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