
Una duda final: ¿de verdad todo va tan mal? ¿no hay esperanza? ¿ni siquiera con buenas ideas y ganas de trabajar van a cambiar las cosas? ¿o es que sonreír y creer que todo puede ir mejor está prohibido? La verdad es que verlo todo con mala cara es agotador, y sinceramente entre el espanto y la ternura hay mil caminos...