Relatar en formato cinematográfico la historia de la matemática y astrónoma Hipatia no era algo que fuera para nada sencillo. Mucho se sabe de su muerte y de sus consecuencias durante el auge del cristianismo, pero poco ha sido lo que ha quedado documentado de su extraordinario trabajo. Brillante e inteligente como pocas, Hipatia buscaba respuestas mediante la filosofía y la astronomía a temas que la atormentaban desde muy jovencita, tales como la distancia del sol y el alineamiento de los planetas, entre otras cosas.
El director español Alejandro Amenabar (dueño de sendas joyitas dentro del cine como “Tesis”, “Los Otros” y “Mar Adentro”) decidió darle a su carrera el proyecto más ambicioso que recuerde el cine español, con una historia nunca antes relatada y dueña de un suculento presupuesto de 50 millones de euros, rodada en idioma inglés y con actores occidentales.
Tres años de investigación entre libros de historia y astronomía fueron los que tuvieron que dedicar Alejandro Amenábar y Mateo Gil (Guionistas de esta muy buena cinta) para realizar el guión de Agora, que relata de impecable manera la Alejandría del siglo IV en un momento en dónde el auge del cristianismo amenazaba de terrible manera al mundo egipcio y a todas sus creencias. El libreto de “Agora” centra todos sus cañones en la defensa que debe ejercerse de la legendaria biblioteca de Alejandría, cuando ésta misma es amenazada por revueltas religiosas cuando el cristianismo crezca de manera exponencial y vea con muy malos ojos a todos aquellos que de alguna manera estén directamente relacionados con la filosofía y la astronomía, y esto mismo queda muy en claro en el tremendo filme de Amenábar. Ciencia y religión nunca se han llevado demasiado bien que digamos, lo cual lamentablemente es un problema que subsiste en nuestros tiempos, y que a lo largo de la historia se ha cobrado innecesarias vidas humanas. Y dentro de esas vidas humanas, el desarrollo que aquí se le da al personaje de Hipatia es francamente sensacional. Muy bien desarrollado a lo largo del filme, el guión centra prácticamente todos sus esfuerzos en mostrarnos de manera más que detallista sus esfuerzos, su inteligencia y sus logros a lo largo de su vida. Una muchacha que renunció prácticamente a todo lo que sería una vida normal (el amor, entre otras cosas), en pos de su única y verdadera pasión, y eso es algo que tuvieron muy en claro Amenabar y Mateo Gil a la hora de la adaptación de su vida a la pantalla grande.
Si el trabajo guionístico de Amenabar ha sido francamente bueno, también tenemos que decir que su labor detrás de cámaras no se ha quedado para nada atrás. Muy bien en el manejo de las cámaras, sobre todo con innumerables panorámicas y tomas aéreas de las revueltas religiosas, Amenábar muestra una gran calidad para manejar el tiempo narrativo a través de las imágenes. Combinando las mismas con una correcta banda sonora y una impecable labor en fotografía y vestuario, el director del filme termina brindándonos un trabajo sin fisuras en ninguno de estos rubros técnicos.
Párrafo aparte merece la memorable actuación de Rachel Weisz en el rol de Hipatia. Se sabía que su personaje era la columna vertebral del filme y que de ella dependía gran parte del interés que el público puediera o no sentir por la cinta. Amenábar era consciente de eso y le brindó a su personaje un desarrollo muy detallista e interesante que la propia Rachel Weisz entendió a la perfección. Una actriz de lujo (ganadora del Oscar por el espectacular filme “El Jardinero Fiel”) que nos brinda aquí otra muestra de su tremenda ductilidad actoral, con gesticulaciones sumamente naturales y muy creíbles a los ojos del espectador.
En definitiva, “Agora” es un filme francamente muy recomendable. Por un lado se cuenta una historia jamás llevada a la pantalla grande, lo que a mi modo de ver le brinda un buen valor adicional, pero sobre todo por la seriedad con la que se lo ha hecho. Por otro lado, y desde el estricto punto de vista cinematográfico, estamos en presencia de un muy interesante drama épico que constituye un salto cualitativo en la ambiciosa carrera de este muy buen cineasta español llamado Alejandro Amenábar.
Calificación de la Película: Muy Buena.
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