Revista Cultura y Ocio
Crítica de Birdman, un film de Alejandro González Iñárritu
Publicado el 21 enero 2015 por Bebina @Games4u_es
Hay películas que logran romper la cuarta pared, films que hablan sobre sí mismos y que muestran la realidad expuesta en sus fotogramas de una forma tan verosímil, sin complejos ni leyes prefijadas de antemano, que podrían dar lugar a un nuevo género, al que podríamos llamar el “metacine”. Birdman es una de estos raros ejercicios de genialidad que nos muestra sin tapujos ni adornos los conflictos del mundo del arte, del cine y del teatro, los problemas de los actores, sus excentricidades, sus vicios y por ende todo aquello que los hace especiales, en el buen y en el mal sentido. Este inminente clásico de culto puede ser disfrutado desde numerosas perspectivas y ofrece un sinfín de interpretaciones, sin embargo hay una cosa clara: esto es cine para quien ama el cine y todo cuanto tiene que ver con el mismo, puede ser disfrutada como simple entretenimiento, sin duda, pero aquí hay algo más, esto es una historia sobre los actores, sobre las estrellas de Hollywood, sobre todos aquellos que alguna vez se han subido a un escenario y han soñado con ser grandes, abrid las alas y la mente, vamos a ver como el primer actor que interpretó al Batman moderno quiere recuperar la gloria, pero no como murciélago, si no como otro tipo de animal alado menos oscuro y más del estilo de Hitchcock.
CRÍTICA DE BIRDMAN:
Nos encontramos de nuevo con el Iñárritu de 21 Gramos y Amores perros, capaz de poner a sus personajes en situaciones límite, al borde de la muerte, hundidos, frustrados, irracionales,absurdos por momentos y en el precipicio de la locura….pero sin perder la cordura a la hora de crear un ritmo coherente para todo esto, dándoles las circunstancias idóneas para que todo tenga sentido sin que se sienta forzado o resulte inverosímil (como quizás si ocurrió en Babel y en Biutiful) y con un tono más soñador y positivo del que le es habitual. Birdman es la historia de una ex estrella de Hollywood, Riggan Thomson (Michael Keaton), que alcanzó tiempo atrás el estrellato con la trilogía de películas del superhéroe Birdman pero que rechazó continuar interpretando al hombre pájaro para centrarse en otros proyectos y ha ido cayendo en el olvido tras abandonar su papel de héroe alado (si aquí digo “Batman”, creo que más de uno ya se habrá imaginado con el tipo de paralelismos con el que juega esta brillante historia) . Sin embargo, en su intento por alejarse de la sombra de aquel personaje con pico que le dio la fama y demostrar al gran público que es en realidad un gran actor, Riggan no termina de encontrar su lugar, y se encuentra atascado en la producción de una obra de teatro que le va a dar no pocos quebraderos de cabeza.
Es imposible hablar de la grandeza de la última gran obra del director mejicano sin mencionar aquello que la convierte en la joya que es, se trata de su grandioso reparto de actores. Empezando por Emma Stone (Criadas y señoras y las dos entregas de Amazing Spiderman) que aporta al personaje de Sam, la hija de Riggan, un tono melancólico y amargo en todas sus apariciones, pero que poco a poco comienza a ver a su progenitor de un modo distinto. Zach Galifianakis (Resacón en las Vegas, Salidos de cuentas) es Jake, amigo y asistente de Thomson que siempre trata de mantener centrado al protagonista de esta historia y que posee algunos momentos sencillamente hilarantes, Naomi Watts (Lo imposible, 21 Gramos) y Edward Norton (El ilusionista, American History X) como Lesley y Mike respectivamente forman una pareja de actores de teatro bastante particular, sobre todo el segundo realiza una soberbia interpretación, su compulsiva e impredecible personalidad da lugar a momentos memorables, sobre todo cuando se encuentra cara a cara con la piedra angular del ecosistema de este film…..y ese sin duda es Michael Keaton. Riggan Thomson no es solo la mejor interpretación del actor que alcanzó la fama de la mano de Tim Burton con Batman en 1989, es que se trata de su alter ego de la gran pantalla, por la similitud de su historia y la del personaje protagonista de Birdman, hay mucho del verdadero Keaton en este actor olvidado que intenta resucitar haciendo una obra de teatro y que busca ser reconocido por su talento para interpretar y no quedar para la posteridad tan solo como el tipo que se ponía un traje de pájaro. Esto no es un biopic, pero eso no importa, porque Michael Keaton ha puesto toda su alma, su propia experiencia, su auténtico yo en este grandioso personaje que es sin duda lo mejor de la película, de hecho, él es la película.
Pero la genialidad de Birdman no acaba en su personaje, sino que él mismo y el resto del elenco sirven para representar tantas cosas nefastas del Hollywood actual, emborrachado de superhéroes que portan grandes éxitos comerciales pero que poco tienen que ver a veces con el auténtico sentido del cine y el arte de la interpretación. Papeles que encasillan de por vida a los actores que los interpretan,críticos de teatro que tienen en sus manos el futuro de tantas y tanta personas que ponen toda su vida en un escenario y cuyo esfuerzo puedan tirar por tierra con tan solo un puñado de frases crueles e incisivas, el cinismo absurdo que a veces rodea al mundo del teatro y el cine y la frustración de saber que estas haciendo arte….pero a nadie le importa, porque creen que tu momento ha pasado.
Sin embargo estaríamos hablando simplemente de un film lleno de brillantes interpretaciones (y de actores cuya química en pantalla te mantiene atento a cada mínimo movimiento de sus cejas), sino fuera por la original y brillante forma en que Iñárritu ha rodado cada escena de Birdman, los planos en los que sigue a los protagonistas mientras se mueven por el teatro crean una profundidad que realmente logra meternos en la película como si estuviéramos allí y fuéramos nosotros los que siguiésemos a los actores por el backstage, el tratamiento de algunas escenas se matiza con una grandilocuencia en la que el director de Babel parece como si fuera a revelarnos las verdades de la vida, no es un tono acertado en todas las escenas pero en algunas simplemente no tiene precio.
Esta obra maestra no es para todos los públicos, no todos los paladares disfrutarán de su sabor, pero es una experiencia cinematográfica en, probablemente, todo el amplio sentido de la palabra. Alejandro González Iñárritu se vuelve a consagrar con una nueva manera de entender el cine y que supone una visión más soñadora y luminosa del tipo de historias a las que nos tiene acostumbrados. Ahora si, el hombre que inició el género moderno de las películas de superhéroes con Batman vuelve por la puerta grande, y no, no voy a entrar a valorar si la suya fue o no la mejor versión del hombre murciélago, pero si diré, que con este film me ha dejado claro que es el mejor actor de todos los que se han puesto el traje del oscuro guardián de Gotham.