Revista Cine

Crítica de cine: Ahora los Padres son Ellos

Publicado el 27 diciembre 2010 por Lapalomitamecanica
El hijo tonto
Crítica de cine: Ahora los Padres son Ellos
Nota: 3,5

  Sumario  Lo mejor: todo el rollo de El Padrino Follen, mucho más divertido en versión original (The Godfucker)Lo peor: que la ley del mínimo esfuerzo siga triunfando en taquilla.La suma: Los Padres de Él + The Fatties: Fart 2 - Mejor Imposible = Ahora los Padres son EllosFicha: IMDB.
Presupuesto/taquilla: 100 millones de dólares / 50 en 4 días en USA. Acabará siendo la más taquillera.
El director: Paul Weitz coge el relevo de Jay Roach y baja el nivel de una filmografia más que interesante formada por las dignas La Brújula Dorada y El Circo de los Extraños. Pero además Weitz es responsable de la mejor comedia de Hugh Grant, Un Niño Grande, de la que no se atisba nada en esta Little Fockers.
El plan: estirar una historia que nunca debió pasar de la primera cinta. Mientras consigan seguir reuniendo a este espectacular reparto el taquillazo está asegurado, y por tanto más entregas.La curiosidad: Dustin Hoffman decidió participar en la cinta cuando el rodaje ya había terminado, así que tuvieron que meter sus escenas con calzador. Se nota, ¿Verdad?La duda: ¿Qué porcentaje de los 100 millones de presupuesto ha sido necesario para que el reparto aceptara sin leer el guión?Seguramente Los Padres de Ella sea una de las últimas películas decentes de Robert DeNiro, que ha ido perdiendo su dignidad conforme ha ido evolucionando esta saga. Si pensábais que no podía protagonizar un momento más bizarro que el de la teta de goma en Los Padres de Él, en esta tercera entrega tenéis donde elegir. Y aunque los problemas que hacen de Ahora los Padres son Ellos la peor de todas van más allá de su actor protagonista, el público cinéfilo no podrá olvidar ni por un segundo que ese abuelo que intenta bajarse una erección clavándose una aguja en la punta del capullo fue hace mucho tiempo el mejor actor de la historia. 

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Si quiere hablar con Robert DeNiro, teclee su número de cuenta.

La primera secuela ya resultaba del todo forzada y facilona, pero por lo menos respetaba y ampliaba la premisa de partida: conocer a los progenitores de cada parte de la pareja. En esta continuación ni siquiera se esfuerzan por desarrollar tramas con las nuevas incorporaciones de la familia, los gemelos Follen, y todo gira a la desgastada rivalidad entre suegro y yerno. ¿La excusa para este nuevo asalto en el duelo de miradas que se traen? Algo tan poco original como los preparativos de una fiesta de cumpleaños.

No podemos negar que la gracia siempre ha estado en la rigidez y paranoia del patriarca de los Byrnes ante la ineptitud de Follen, pero atrás quedaron las inteligentes escenas como la del polígrafo en la primera entrega, sepultadas bajo la ridícula inyección del suero de la verdad en la segunda parte y directamente una pelea a puñetazo limpio en la cinta que nos ocupa, que, tristemente, acaba resultando de lo más divertido de la función gracias a un homenaje a Tiburón que podría encajar perfectamente en una Spoof Movie

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Si llama por los muñequitos dorados de Ebay, teclee su número de cuenta.

Los guionistas no tienen historia y no piensan buscarla. No hace falta. Les basta con tirar de las jugosas rentas de la saga para contratar a un reparto kilométrico que rellene los huecos entre las 4 o 5 escenas entre DeNiro y Stiller. Por su parte Owen Wilson sigue utilizando la saga para pagarse las vacaciones exagerando su porreta mesiánico, mientras que Barbra Streisand mantiene su estado de celo permanente aunque su marido se encuentre bailando flamenco en un plató de Los Ángeles con 15 modelos mexicanas en lo que se supone que es Sevilla. 
Pero la que sin duda más honor hace al ilustre apellido familiar de los Focker es el personaje de Jessica Alba, una comercial de pastillas para la impotencia que parece obsesionada con llevarse al huerto ese sex symbol semental que es Ben Stiller. Lo que traducido viene a ser el detonante para las sospechas de DeNiro, cada vez más peligrosamente cerca de su Max Cady de El Cabo del Miedo.

Crítica de cine: Ahora los Padres son Ellos

Si es Scorsese, Coppola, Mann o De Palma, llame otro día.

Los pocos aciertos de este episodio pirata de Modern Family tienen que ver con un momentáneo regreso al humor sutil en torno a las parodias del género mafioso, sobretodo en la muy seria pero igualmente divertida escena de la persecución en metro. Por desgracia, los chistes sobre vómitos y pedos se acaban imponiendo y el recurso de las conversaciones por móvil o webcam para dar cabida a todos los secundarios se les descontrola por completo hasta el punto de que parece que estamos asistiendo a un festival de gags en un mal dia de los guionistas del Saturday Nigth Live, eso sí, con una buena dosis de estrellas invitadas que no llegan a los dos minutos en pantalla (Dustin Hoffman y Harvey Keitel).

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