Matándolo de risa, por ejemplo
Nota: 6,5
Lo mejor: Kevin Spacey y Colin Farrell.
Lo peor: ¿Por qué es un problema que Jennifer Aniston sea una acosadora?
A día de hoy, con las mil y un tretas publicitarias que todos hemos sufrido, cuando una película te da lo que promete lo único que podemos hacer es celebrarlo. Cómo Acabar con tu Jefe es exactamente esa comedia descerebrada y cargada de buenos personajes que se intuye en el trailer. Poco importa que la determinación de los protagonistas de asesinar a sus jefes sea más que inverosimil, lo que interesa es ver como los tres tíos más pringaos del mundo se meten en una espiral de crimen e investigaciones policiales que les queda tan grande como unos calzoncillos de Pepón Nieto a Galindo.
La idea con los tres jefes objetivo de nuestros protagonistas es representar una parodia del mandamás que cualquiera podríamos tener. Por un lado tenemos a Colin Farrell haciendo de inútil total con una de esas caracterizaciones denterosas que se marcan de vez en cuando los intérpretes guaperas para ser tomados mas en serio. Y la jugada no solo funciona sino que sirve para confirmar que la comedia es el género que mejor le sienta al protagonista de Última Llamada tras ganar su único Globo de Oro por Escondidos en Brujas.
Pero aunque parezca que los tres terribles jefes comparten protagonismo en la cinta, lo cierto que lo de Farrell es más una aparición especial como pudo ser la de Tom Cruise en Tropic Thunder. De hecho, el villano real de la cinta es un Kevin Spacey más psicópata que Kayser Soze en un mal día. Se trata del típico jefe podrido de dinero que disfruta torturando a sus empleados y realmente, el único que merecería ser asesinado.
Y llegamos a Jennifer Aniston, cuyo papel parece escrito para una playmate con aspiraciones. Resulta que planean asesinarla porque no deja de acosar sexualmente a sus empleados, y si tenemos en cuenta que puede ser esta la cinta en la que más explosiva hemos podido ver a la actriz, lo cierto es que no tiene ningún sentido. Quizás, si hubieran fichado a Betty White o Barbra Streisand hubiera terminado por funcionar, pero no han querido desaprovechar la oportunidad de enseñar a una guapa oficial medio en pelotas, que eso siempre trae sus beneficios en taquilla. Una pena.
Pero como decimos, su papel no tiene la importancia suficiente como para arruinar una función en la que Spacey es el verdadero villano cumpliendo con creces. Los que están más desequilibrados son el trío protagonista. El menos conocido Charlie Day (repitiendo el papel de Colgados en Filadelfia) acaba siendo el más divertido frente a los dos Jason, Bateman (de Arrested Development) y Sudekis (SNLV), que en Horrible Bosses intercambian sus habituales papeles de tío seguro/inseguro sin que terminen de resultar convincentes ninguno de los dos.
Por la función también asoman de forma testimonial Donald Sutherland y Julie Bowen (de Modern Family), pero es Jamie Foxx el verdadero secundario robaescenas. Su "asesino profesional" más sopas que nadie nos regala los mejores guiños a la comedia negra. Un subgénero que quizás debería haber estado más presente en un producto que termina siendo algo blandito, pero innegablemente divertido. Si no eres jefe, claro.