Habemus héroes
Nota: 7
Lo mejor: logra mantener la atención sin apenas dinamismo.
Lo peor: rebosa de topicazos.
Hay películas que vienen precedidas por una fuerte campaña de promoción y hay otras que, por el contrario, llegan a la gran pantalla de una manera discreta. De Dioses y Hombres es una de estas últimas, que si bien recorre nuestros cines de forma desapercibida, resulta un film tremendamente interesante merecedor de más taquilla que bodrietes con las que comparte cartel, y no miro a ninguna monster-movie con pulpos Paul gigantes.
Dirigida por el francés Xavier Beauvois, la cinta fue galardonada en el pasado Festival de Cannes. Su argumento gira en torno a la historia real de unos monjes de la orden cisterciense que habitaron en un monasterio de Magreb durante los años 90. Inmersos en una guerra de poderes y religión, los ocho clérigos, capitaneados por el prior Christian (Lambert Wilson), tendrán que enfrentarse no sólo a los ejércitos local y rebelde, sino también a una batalla interna entre lo que le dicta la razón de su conciencia y la ilógica de su fe.
Cabe destacar que el film, lejos de ser un aburrido testimonio acerca de un grupo de clérigos que no hace más que dedicarse a su huerto y rezar, se perfila como una obra amena, manteniendo al público en una especie de tensión incómoda al no vislumbrar el momento en el el convento sea atacado por la guerrilla, sensación acrecentada por una cámara en mano que en cierto momentos recuerda a los documentales que 'todos vemos de La 2'. Aunque el escenario y los personajes son casi hieráticos en cuanto a que apenas hay transiciones entre ellos, el entretenimiento no decae.
De acuerdo, no hay un Robert DeNiro ni un Ennio Morricone que sirvan de reclamo al espectador más escéptico alérgico a todo lo católico, pero esta película acierta en la visión que ofrece acerca de la misión de los monjes, que no es la de extender su religión, sino que se dedican a ayudar a unos habitantes respetando las creencias musulmanas y conviviendo con ellas en armonía, sin ánimo de imponer las propias.
Los actores realizan un buen trabajo en sus sobrias interpretaciones. Los personajes a los que dan vida representan la división entre las fuertes convicciones de su fe y la tendencia humana a huir en situaciones en las que la muerte parece más cercana que nunca. Un reparto humilde, pero efectivo.
Sin embargo, el punto negativo está en la colección de tópicos que respira. A pesar de contar con un guión poético, el rollo zen que se gastan constantemente las frases de los protagonistas recuerda a un diálogo en bucle con el señor Miyagi en su tono más filosófico. La película resulta muy 'cristiana', con sus valores y toda esa visión de rectitud moral y espiritualidad de los monjes, unos tíos que parecen salidos del país de la gominola. Eso sí, el resultado sigue siendo el de definirse como una cinta conmovedora.
Al final, no deja de ser un homenaje más sobre la obra de paz de unos misioneros en un territorio hostil y pobre. De Dioses y Hombres no se escapa de lo tradicional, pero tampoco deja de lado la calidad, teniendo en cuenta lo modesto de este tipo de producciones que no tiran de grandes inversiones para configurar un film atractivo comercialmente. Una buena opción para huir de monstruos, Anne Hathaway y chulos de neón.