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Crítica de cine: El árbol de la vida

Publicado el 20 septiembre 2011 por Monotematicosfm @curnom

 Crítica de cine: El árbol de la vida
La mejor manera de filosofar es desde el punto de vista de un niño, ya que el niño se maravilla por todo lo que le rodea, todo para él es nuevo y atrayente, y no tiene prejuicios ni ideas preconcebidas que influyan en su apreciación. Esto lo sabe perfectamente el genial director Terrence Malick, y lo pone en práctica en su última película: El árbol de la vida.
En El árbol de la vida, Malick se plantea los interrogantes más imperecederos del ser humano, como el sentido y el origen de la vida. Malick, a pesar de mostrarnos unas imágenes grandilocuentes y pretenciosas, la película entera lo es, su punto de vista ante esto es muy humilde. Él proyecta imágenes impresionantes porque el universo y la vida en sí lo es, pero su postura es la de un niño que se siente maravillado por este espectáculo. De ahí que, posiblemente los momentos más emotivos de la película sean aquellos en los que vemos a los dos niños recién nacidos, porque nos situamos en su punto de vista, y todo lo que nos muestra el filme nos impresiona tanto como a ellos.
Crítica de cine: El árbol de la vida
El impacto que provoca Malick con esta película es comparable a los mejores momentos de la filmografía del gran Andrei Tarkovski, un ataque directo a los sentimientos más profundos del espectador. Malick es profundamente religioso, y muchos han destacado como un defecto de la película este punto de vista. Pero su postura no es en ningún momento excluyente con otras creencias. El director puede ver a Dios en un remolino iluminado en el cosmos, pero para mí, que soy ateo hasta la médula, no es más que el milagro de la creación, sin necesidad de ver una mano divina en todo esto. Por mucho que Malick sea creyente, su visión es simplemente la del que se encuentra obnubilado por la maravilla de la creación, se encuentre Dios tras esta o no.
En El árbol de la vida se nos cuenta la historia de un padre especialmente estricto con sus hijos, y como esta dura educación los convierte en personas violentas. Pero claro, tratar de decir de qué trata una película de Malick es simplificarla en exceso, la película tiene muchísimo más. Durante la primera media hora, aproximadamente, nos encontramos totalmente perdidos, entre imágenes de un niño, y de este mismo niño ya adulto, entre estrellas y supernovas. Nos sumergimos en el universo, en su todo. Casi lo primero que nos introducen es el dolor de la pérdida, y como la vida humana es terriblemente frágil. Pero por otro lado se nos muestra como hace 65 millones de años, un pequeño dinosaurio sobrevive al ataque de un depredador, y tan solo porque este decide perdonarle la vida. Por un lado la existencia es débil, pero también consigue abrirse paso entre los recovecos de la vida.
Crítica de cine: El árbol de la vida
La fotografía de Emmanuel Lubezki es totalmente inmejorable, la música de Alexadre Desplat es genial, las interpretaciones todas en su justa medida, y por supuesto, la dirección una maravilla. Esta película es una obra maestra que ya forma parte de la historia del cine, ni que decir tiene que la mejor que ha hecho su realizador. Ahora mismo no hay nada más recomendable en nuestras pantallas, cierto es que esta película es de extremos, o la amas o la odias, pero bien merece la pena arriesgarse.


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