Nota: 6
Sumario
Lo mejor: que no se toma en serio a sí misma aunque no arriesgue demasiado.
Lo peor: que aderezar una buena cinta de serie B con whiskey sigue estando mal visto en las salas de cine.La suma: Deathproof + Ghost Rider + Machete = Furia CiegaFicha: IMDB.Presupuesto/taquilla: 45-50 millones de dólares / 15.1 en todo el mundo a día de hoy. Es el mayor fracaso en USA de la carrera de Cage (Teniente Corrupto no cuenta dado su bajo perfil). El director: Patrick Lussier (Canadá, 1964) atesora una de las filmografías más mierdosas que me he echado a la cara, empezando por Drácula 2001 y sus horrorosas secuelas directas a DVD, siguiendo por White Noise 2, también estrenada en DVD, y terminando por Un San Valentín Sangriento, cuyo éxito taquillero le ha abierto las puertas a ligas mayores. Tras mantener el tipo en Furia Ciega será el encargado del remake de Hellraiser (que me juego un dedo a que irá directo... ¿Sabéis a dónde? A DVD).La curiosidad: Cage se empeñó en aparecer en la cinta totalmente calvo y con una calavera tatuada en el cráneo. El director le aconsejó que sería mejor profundizar en sus raíces celtas luciendo una rubia melena. Totalmente cierto.
La otra curiosidad: el tema principal de la banda sonora está interpretado por el hijo de Cage, cantante de la banda de Black Metal Eyes of Noctum.
La duda: ¿Por qué es imposible encontrar una sala que emita esta película en 2D? Que la masa de chavales con camisetas de A Todo Gas sacándose fotos con las gafas 3D no os engañe a la hora de ir a ver Furia Ciega. Por mucho formato de moda que se gaste, Drive Angry no deja de ser otra de esas películas que intentan explotar el empacho de serie B que necesariamente se ha dado todo aquel cinéfilo que haya crecido en los 80 y 90. Un homenaje a todos aquellos que se acomodan en el sillón cada vez que vuelven a pasar Comando o Demolition Man, y que sueñan con eructar tan fuerte como para que Chuck se sienta orgulloso. No estamos ante la típica cinta de acción del siglo XXI donde todo está perfectamente pulido y las explosiones brillan sin que un solo píxel se salga de su sitio. Furia Ciega es un festival de casquería, tópicos revenidos y efectos especiales de garaje. ¿Defectos? No, siempre y cuando el director no tome por tontos a los espectadores y sepa utilizar esos elementos al servicio de la diversión.
Como no podía ser de otra forma, este espectáculo del cutrerío tenía que contar con un protagonista capaz de no desentonar entre tantas "virtudes". Cage, capaz de trabajos indiscutibles, está intentado superar la crisis de la mediana edad aceptando todos los proyectos que le llegan a su ático en la clínica Svenson. Ya es un habitual de los bodrios monumentales, pero por lo menos en esta ocasión ha tenido la decencia de no tomarse en serio casi aprovechando esa mala fama que se ha ganado durante la última década. Y sea intencionado o no, lo cierto es que funciona, y cada vez que un acorde de guitarra eléctrica remarca cada acción de su personaje es inevitable soltar una carcajada sin que dejes de creerte que estás ante un badass de manual.
¿Y la historia? Bueno, argumento en sentido estricto no es que haya mucho. Lo que tenemos son personajes sueltos que se persiguen entre sí y que cuando se encuentran se lian a tiros. Milton (Cage) busca a Jonah King (Billy Burke, el padre de Bella en Crepúsculo), el lider de una secta satánica que planea utilizar a la nieta de Milton en un sacrifio, pero a su vez El Contable (William Fichtner, el Mahone de Prison Break), un subalterno del Diablo, le sigue muy de cerca para pararle los pies. Lo cierto es que las relaciones entre los personaje podían estar mucho más trabajadas y en ocasiones no sabes exactamente qué busca cada uno o de qué lado está. Una sensación que se incrementa con el de Fichtner, tan pulcro como recién salido de un curso de formación para dependientes del Massimo Dutti y que por lo menos sirve para ofrecer los mejores golpes de humor (impagable el momento musical al volante del camión de hidrógeno).
La que tampoco lo hace nada mal es el florero de turno, Amber Heard, vista fugázmente en Californication y con más peso en Zombieland o Superfumados. Una actriz que a pesar de sus 25 añitos y esa cara angelical es capaz de sudar gasolina cuando le toca hacer de chica guerrera. Realmente su personaje es tan simplre que parece un rol eliminado de Deathproof, pero como decimos, esas agallas y aguantar impávida la mirada de Cage disfrazado de Mickey Rourke hacen que merezca por lo menos una mención. El que aparece 3 segundos contados es David Morse (La Roca, House, La Milla Verde), mítico secundario resultón.
Aunque es complicado acertar en todos los personajes y el que falla estrepitosamente es el villano al que da vida Billy Burke, que se supone es el líder de una secta satánica pero parece más bien el pirata en el que se inspiró Keith Richards para hacer de Keith Richards (¿O no era así la cosa?). Comprendo que la saga Crepúsculo no es la mejor escuela de cine que puedes encontrar hoy en día, pero a estas alturas los villanos totalmente desfasados y en perpetuo celo están más vistos que el tebeo, de hecho, son hasta molestos. Me refiero a esos malos tan malos que asesinan a sus propios secuaces cuando tienen un mal día sin que el resto de esbirros se planteen largarse a las primeras de cambio y que solo son capaces de poner la voz en dos frecuencias: grito encocado y sururro morboso. Sin duda el talón de Aquiles de la película.
Lo que es de agradecer tras este montón de tópicos ordenados de forma mediánamente correcta es que por lo menos el director se esfuerza en resultar creativo en las escenas de acción. No es que siempre le salga bien la jugada como en el "tiroteo coital", y en ocasiones algun efecto especial sí resulta más cutre de lo que debería. Pero si hay algún defecto que se puede permitir Drive Angry es el de apestar a serie B desde kilómetros de distancia. Pero a serie B de la buena, de esa que es más divertida cuando más se pasa de vueltas. Y ahí Cage se ha convertido en toda una referencia.