SumarioLo mejor: que Guillem Morales consigue que una esquina en penumbra te ponga inquieto. Lo peor: la montaña rusa de la última media hora. Que de tantas curvas acabas perdiendo el conocimiento (y el interés).La suma: El Habitante Incierto + Retratos de una Obsesión – El Orfanato = Los Ojos de JuliaFicha: Abandomoviez.
Presupuesto/taquilla: 5 millones de euros/se le calculan 7,5 sólo en España al final de su recorrido. Ha debutado con unos excelentes 1,65.El director: Debutar con una de las mayores sorpresas que ha dado nuestro cine en los últimos años provoca que gente como Guillermo del Toro se fije en ti para producir tu próxima película. Tras El Habitante Incierto y Los Ojos de Julia Guillem Morales ha demostrado una mano más que correcta para el suspense y se postula como uno de nuestros talentos más prometedores.El plan: repetir el éxito de crítica y público de El Orfanato aunque con una historia más compleja y menos fantástica.La curiosidad: Belén Rueda se reencuentra en la cinta con Julia Gutierrez Caba, su madre en Los Serrano.La duda: ¿Por qué Lluis Homar sigue empeñado en ponerse esas pelucas tamaño mapache?
No es de extrañar que compartiendo protagonista, productor y estilo se tienda asociar rápidamente a Los Ojos de Julia con El Orfanato cuando lo único que tienen en común es el buen olfato para la taquilla del Guillermo del Toro. Mientras que el éxito del 2007 se basaba en el clásico recurso de la casa encantada, en esta ocasión tenemos una historia mucho más compleja sobre miedo a lo desconocido, a lo invisible. En definitiva, a la oscuridad. Y es que como reza la frase promocional del póster, Los Ojos de Julia es un thriller psicológico en toda regla.
Julia es una astróloga que padece una extraña enfermedad degenerativa que le está dejando sin visión. Cuando se entera de que su hermana -que sufre de la misma afección- se ha suicidado en extrañas circunstancias se embarcará en una investigación para aclarar el caso. Sus sospechas se confirman cuando comienza a sentirse vigilada por un hombre desconocido. Un sujeto al que nadie más parece ver y que se mueve entre las sombras acechando a nuestra protagonista a medida que va perdiendo la vista.No exagero si os digo que media película consiste en ver a Belén Rueda corriendo histérica entre tinieblas intentando no golpearse con las cosas. Nos encontramos ante la fórmula típica del acosador que persigue a una víctima pero con un enfoque mucho más terrorífico de lo habitual. El director logra un suspense maestro confeccionando una amenaza tan perceptible como invisible. Como ya hiciera Spielberg con su Tiburón, Morales no muestra al villano hasta el final de la cinta y descubrir la verdadera naturaleza y motivaciones de este se convierte en el mayor atractivo de toda la función.
Y la cinta funciona perfectamente mientras se mantiene en el miedo a lo desconocido, pero donde termina naufragando es en la resolución final: atropellada y metida con calzador. Una explicación al misterio por la que vamos a romper nuestra política de evitar los SPOILERS en las críticas: que la razón para la aparente invisibilidad del protagonista sea un aspecto común y cotidiano sencillamente es demasiado perezosa para justificar los hechos a los que hemos asistido durante la hora y media previa.
Un fallo únicamente culpa del guión que escuece mucho más cuando lo que arruina es una puesta en escena prácticamente perfecta. Si pensabais que Buried (Enterrado) era una demostración inmejorable de tensión y suspense está Los Ojos de Julia no se queda atrás. Otro de sus mayores aciertos es sostener el conjunto sobre Belén Rueda (dando vida a las dos hermanas), que tras 5 protagonistas en cine ya podemos confirmar que se merece el Goya que le dieron prematuramente por Mar Adentro. Con su trabajo refleja a la perfección la fragilidad y dependencia del personaje y seguro que los académicos sabrán reconocerlo. Por su parte Lluis Homar (ahora de maloso en Hispania) resulta tan espléndido como siempre. Los Ojos de Julia termina siendo decepcionante pero se queda lejos de otros productos patrios que intentan dignificar el género como La Herencia Valdemar o su inminente secuela. Arroja unas ideas interesantes que no es capaz de zanjar con consistencia pero lo más importante es que mantiene esa tendencia de nuevo cine patrio de factura impecable y vocación internacional.