Crítica de cine: Los Próximos Tres Días

Y las dos horas de película más infernales

Nota: 3
Lo Mejor: Lo que sale en el tráiler, y ya está.Lo peor: La acción, que sólo dura lo que sale en el tráiler, y ya está.
Muchas expectativas había generado la nueva cinta del oscarizado director y guionista de la genial Crash; sin embargo, el regreso de Paul Haggis ha resultado decepcionante. Los próximos tres días dista mucho de la calidad de sus anteriores trabajos, pero de lo que sobre todo dista, es de la acción, prácticamente ausente durante algo más de dos interminables horas de metraje que se vuelven una auténtica pesadumbre.
La película es un remake de la francesa Pour elle, de Fred Cavayé. El argumento gira en torno al intento desesperado de un padre de familia, John Brenan (Russell Crowe), por sacar a su esposa Laura (Elizabeth Banks) del centro de internamiento donde se encuentra recluída acusada de asesinato. John tramará todo un plan de fuga con su mujer y su hijo (más insulso por cierto que Edward Cullen en una partida de ajedrez) que le llevará a pasar un auténtico calvario.
 
La idea habría sido realmente buena si se hubiera desarrollado de una forma más dinámica. Parece que Haggis haya querido reunir en una sola cinta la acción, el thriller, el misterio y el amor, procurando vender un plato sofisticado. Al final le ha quedado un popurrí al que tanto ingrediente le ha dejado un sabor amargo, sin ser consciente de que con un buen solomillo de acción, vamos sobrados.
Una vez más asistimos a uno de esos films que cuenta con un reparto cojonudo, pero cuyo potencial se ha visto afectado por unos personajes -demasiados quizás- superfluos que se dedican a hacer estelares intervenciones y luego si te he visto no me acuerdo, al margen de que si no estuvieran, daría lo mismo. Liam Neeson u Olivia Wilde son evidencia de ello. Crowe y Banks, sin salirse, realizan un trabajo correcto. En cuanto al bando policial, creo que a Haggis le hubiera ido mejor si hubiera personificado en un solo personaje al ‘enemigo’ del protagonista y no meter a un conjunto de individuos cuyos papeles terminan siendo totalmente planos.

Lo único que puede merecer la pena de la película es la técnica. Está bien filmada y hay algún momento, que ya se adelanta en el tráiler, de una factura cinematográfica muy buena. Desgraciadamente, no es lo que impera en la cinta, en la que la mayor parte del tiempo se torna sosa y aburrida. Tanto que terminas echando unos cuantos ojos al reloj deseando que acabe.
Paul Haggis molaba mucho en sus anteriores trabajos, pero con este último ha perdido parte del reconocimiento que se había ganado. Ignoro si su intención era lograr una fusión de géneros en una sola obra o si el batiburrillo le ha salido de casualidad, lo que esta claro es que la mezcla le ha quedado rancia y a mí, por lo menos, me ha dejado un mal sabor de boca que no me lo quita ni las palomitas ni los escasos minutos de Liam Neeson. Esperemos que para la próxima el de Crash se gaste un buen cóctel que nos haga olvidar este mix tan turbio.