Revista Cine

Crítica de cine: Machete

Publicado el 03 octubre 2010 por Lapalomitamecanica
  
Robert Rodríguez por fin se gana su reputación.
Crítica de cine: Machete
NOTA: 7
 Sumario 

Lo mejor:  el monologo final de Steven Seagal. Para enmarcarlo y enviárselo a  Clint Eastwood para que aprenda lo que es un tipo duro.Lo peor: las escenas vistas en el falso trailer han sido encajadas con calzador en la película. Sobretodo la del trío en la piscina.Para quién: para los que comprarían colonia extraída del sudor de Chuck Norris si la comercializaran.La suma: Death Proof + Comando - No es País para Viejos = Machete.Ficha: Imdb.Presupuesto/taquilla: 20 millones de dólares/ 25 mundial a día de hoy. Ha pinchado en USA.El director: aunque lleva años presumiendo de cineasta de culto en realidad Rodríguez nunca había ido más allá de dignos entretenimientos como Abierto Hasta el Amanecer o Desperado. Tras varios intentos fallidos de pasarse al cine para niños Tarantino lo acogió bajo su capa y le ayudó a enfocar su estilo. Esta Machete y su trabajo en la producción de la reciente Depredadores son la confirmación de que por fin se ha ganado su reputación.  El plan: culminar la ola revival que vive el poco original mundo del cine actual. La curiosidad: en una escena se puede ver la ficha policial de Machete, donde observamos que también es conocido como Cuchillo, el apodo de su personaje en Depredadores. Al actor en Spy Kids 2 también le llaman Machete. La duda: ¿Por qué le siguen dando trabajo a Lindsay Lohan?  
Tras la tremenda decepción que han supuesto Los Mercenarios de Stallone los fans de la acción casposa teaníamos toda la nuestra esperanza puesta en la última gamberrada de Robert Rodríguez. A diferencia de Sly, el cineasta mexicano ha sido consciente de que intentar revivir la década de los 80 con sus luces y sombras no es suficiente y que lo que la audiencia demanda es una sucesión de autenticos desfases al servicio del humor. Es decir, una parodia.
Crítica de cine: Machete
Porque todos aquellos que os quedáis 15 minutos viendo el enésimo pase de Street Fighter o Desaparecido en Combate cuando hacéis zapping no buscáis quedaros impresionados por la calidad de sus escenas de acción. La gracia consiste en recrearse en un festival de testosterona donde tipos indestructibles siembran el caos de la forma más incoherente posible. A vosotros está dedicada esta Machete, cuyo resultado final es exactamente el mismo que el del trailer falso que pudimos ver en Grindhouse sólo que alargado hasta la hora y media.
Machete es la personificación de todos los iconos que han engrandecido al género y a lo largo de la cinta le vemos degollar a más esbirros que Rambo, ligarse a más chicas que James Bond y hablar menos que Terminator. Tras casi una decena de colaboraciones Trejo y Rodríguez por fin han conseguido dar forma a un antihéroe capaz de protagonizar el mejor homenaje al cine de acción desde El último Gran Héroe.
Crítica de cine: Machete
Otra muestra de que Rodríguez ha ganado en inteligencia durante los años es la  subtrama que se saca de debajo de la manga para evitar que la cinta se convierta en una sucesión de sketches. La idea es convertir a Machete en un icono de la lucha por los derechos de los inmigrantes mexicanos que cruzan la frontera estadounidense. En ese contexto es fácil poblar la cinta de personajes extremos como el senador republicano al que da vida Robert DeNiro o el capo mexicano encarnado por Steven Seagal.
Secundarios que son casi todos villanos necesarios para que la matanza de Machete no se detenga hasta el final. Por ahí desfila un resucitado Don Johnson como un autoproclamado Sheriff fascista o el Lapidus de Perdidos maquinando toda la trama criminal. Todos representados con el exceso como norma principal y que terminan eclipsándose uno a otro sin dejar claro quién es el enemigo final de este videojuego para adultos. 
Crítica de cine: Machete
Pero ese es un fallo menor cuando todo el protagonismo recae sobre uno de esos eternos secundarios en el papel de su vida. Danny Trejo, ex-presidiario, ex-drogadicto y primo del director a sus 66 añazos se convierte en el mayor badass del siglo XXI con su carisma como principal arma. Una estrella sin demasiado talento cuyo rostro refleja exactamente el tipo de vida que imaginamos para su personaje.
Nos encontramos ante una película que tiene tanto potencial para gustar a los aficionados a las vísceras y la mala leche como para espantar a todo aquel que se espere algo con cierto sentido. De lo que no hay ninguna duda es que se trata de cine de culto instantáneo que responde directamente a las peticiones de los fans por ver algo de gamberrismo entre tanto producto prefabricado. 

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