Revista Cine
El ingrediente que le faltaba al verano.
Nota: 6,5
-Lo mejor: escenas de acción bien rodadas y dosificadas. -Lo peor: el argumento está un pelín forzado. -Ficha: Imdb: -Presupuesto/Taquilla Usa: $110 / $187 mundial a fecha de hoy. -La mejor escena: La ejecución en las escaleras. No diremos de quién a quién.-El director: Phillip Noyce es de lo mejorcito en cine de acción de la vieja escuela que podemos encontrar hoy en día. En su mano estuvo el éxito de Harrison Ford como Jack Ryan y no hace mucho dio una lección magistral con El Americano Impasible. Noyce sabe lo que se hace. -El plan: Recuperar la imagen de action-woman de Angelina tras sus poco exitosas incursiones dramáticas sin insultar demasiado al espectador. Conseguido. -La pregunta: ¿De verdad Angelina Jolie a su edad necesita usar esas enormes pelucas durante toda la película?
¿Qué hubiera sido de este verano sin Origen? Tras las flojeras Noche y Día y El Equipo A la cinta protagonizada por DiCaprio se revela como el mejor exponente de acción que podemos encontrar en las salas esta temporada. Pero el laberinto de Nolan es muchas más cosas y con el panorama lleno de películas de disparos que parecen más bien un parque de atracciones se echaba en falta un producto más serio y efectivo. Salt es esa película, pero no os dejéis engañar por el trailer porque las similitudes con Bourne se quedan en una sensación general.
Tras ser acusada de espiar para los rusos la agente de inteligencia Salt emprende una huída para poner a salvo a su marido y demostrar su inocencia. Como veis, nos encontramos ante la clásica historia del falso culpable fugitivo, pero el guión es los suficientemente atrevido como para mantener al espectador dudando de su protagonista hasta el final.
Que el suspense esté presente en todo momento no quiere decir que toda la historia esté tan bien hilada. En Salt no faltan los artificiosos giros de guión e incluso otros recursos igual de facilones pero más molestos como unos blanditos flashbacks. Además esa constante sospecha que gira en torno a Salt puede volverse contra la propia película al dejar cierta sensación de vació en el espectador que no esté dispuesto a seguir ese juego desde el principio.
Pero donde no hay ninguna fisura es en unas escenas de acción bien planificadas y mejor dirigidas, que lejos de caer en el ridículo o al exageración de ejemplos recientes (que también puede tener su gracia) se muestran efectivas sin grandes artificios. El director Phillip Noyce sabe que un único plano puede impactar más que un montaje frenético, una lección que le hubiera venido muy bien al Stallone de Los Mercenarios.
En cuanto al reparto esta es la típica cinta en la que cualquier actor medianamente decente podría encarnar a cualquiera de los personajes sin demasiadas complicaciones. Por eso hay que alegrarse de que los roles principales hayan caído sobre tipos tan solventes como Liev Schriever (Lobezno, El Mensajero del Miedo) o Chiwetel Ejiofor (American Gangster, 2012) que en Salt no buscan el papel de su vida pero aún así suben enteros la calidad general. Más de lo mismo para Angelina Jolie, que aunque es a la que más se le nota el piloto automático tiene el suficiente carisma para llevar este peso sobre los hombros y mucho -tampoco demasiado- más.
Thrillers con el espionaje de telón de fondo nos llegan todos los años a puñados. Muchos caen directamente en la falta de interés por la repetición de la fórmula sin ningún tipo de carisma. Muy pocos entran por la puerta grande del género, pero si hay un reducido grupo que alcanza el nivel necesario para disfrutar en la butaca sin mayores pretensiones que las de pasar un rato entretenido sin sentirse estúpidos. Salt pertenece a esa categoría tan prolífica y coge su parte del filón encontrado por Mat Damon a comienzos de década. Aunque quizás no sea tajada suficiente para una secuela como planean en Sony.