Revista Cine

Crítica de cine: Super 8

Publicado el 19 agosto 2011 por Lapalomitamecanica
Cuenta conmigo bicho
Crítica de cine: Super 8
Nota: 7,5
  Sumario 

Lo mejor: su apariencia honesta a pesar de partir de una fórmula casi matemática.Lo peor: su estructura de relato menor.La suma:  Los Goonies + La Niebla  + Señales - La Guerra de los Mundos =  Super 8
Presupuesto/taquilla: 50 millones de dólares / 220 a día de hoy y aún falta que se estrene en medio mundo.
El director: J.J. Abrams (Nueva York, 1966) se ha convertido en todo un fenómeno gracias a su amplia visión del séptimo arte que le ha llevado a producir series como Lost o Fringe, a dirigir la respetable aunque floja Misión Imposible III y a ser responsable del mejor reinicio hecho hasta el momento, Star Trek 2011.
La curiosidad:Una semana antes del estreno se hizo público que el actor Bruce Greenwood había participado en la cinta dado vida a la criatura por medio de la técnica de captura de movimiento.
La duda: ¿Por qué solo J. J. Abrams es capaz de vender una pequeña cinta de género como uno de los blockbusters del verano?

Tras ver Super 8, con su premisa simple pero efectiva y esa puesta en escena tan bien medida que asusta es inevitable hacerse la siguiente pregunta, ¿Quién es J.J. Abrams? Guionista, director, productor...Todas las facetas que ha logrado desarrollar con éxito a sus 45 años darían para extensos análisis. Y la conclusión a la que llegaríamos sería siempre la misma: que J.J. Abrams es un hombre de cine que conoce a la perfección el tiempo que le ha tocado vivir. Saltó a la dirección con una apuesta segura como fue Misión Imposible III para después soltarse un poco más resucitando la franquicia Star Trek, con lo que podemos decir que Super 8 es su primera cinta de autor, y lo que nos encontramos en este caso no es el espíritu de una saga, sino de toda una forma de entender el cine que tiene su mejor ejemplo en el Spielberg de hace tres décadas. Es decir, que seguimos sin saber realmente quien es este tipo con gafas.
Crítica de cine: Super 8
No digo que Super 8 intente imitar el modo en el que se hacían las películas en los 80, porque una cosa es ofrecer un revival como los que se han marcado últimamente Silvester Stallone o Robert Rodríguez, y otra bien diferente es superar ese nivel de mero entretenimiento con un film mucho más medido como el que nos ocupa, con una dirección totalmente actual que incluso podría recordar a la de otro fan confeso de Spielberg como es M. Night Shyamalan. Por todo ello la  ambientación de Super 8 es tan poco casual como los ecos a Encuentros en La Tercera Fase, Cuenta Conmigo o E.T.. De hecho, la carga nostálgica es una de las armas de la cinta para seducir a todos aquellos que tuvieran plena consciencia a finales de los 70 o principios de los 80. Esos que recuerdan con cariño la época en la que los chavales vivían otro tipo de aventuras lejos de Twitter y la Xbox.
En este caso es una cámara super 8 la que reune al grupo de críos protagonista, empeñado en rodar una película de zombies al más puro estilo George A. Romero (que podéis ver en los créditos de la cinta y en este enlace) y que les lleva a utilizar como escenario una estación a las afueras de su pueblo. Para aprovechar el paso de un tren como "valor añadido de producción" no dudan en grabar al primero que pasa, que como avanza el trailer, termina descarrilando liberando a una misteriosa criatura en la zona. Desde ese momento comienzan a suceder una serie de fenómenos extraños en el pueblo, y cientos de hombres del gobierno no tardan en invadir a la tranquila comunidad sin desvelar su verdadero motivo. Solo los chavales tienen la clave en una cinta que tarde o temprano acabarán revelando. 
Crítica de cine: Super 8
Una premisa sencilla y muy formal a la que sigue un desarrollo muy bien equilibrado. J.J. no elude el juego de pistas con el espectador a pesar de que este ya sabe que se trata de una criatura extraterrestre, pero lo hace a modo de complemento de las historias de los chavales protagonistas, cada uno con su personalidad bien definida y carismática. Como es ya tradición al hablar de Spielberg, cobra especial peso la relación entre Joe (Joel Courtney) y su padre Jackson (Kyle Chandler, de Edición Anterior y Fridday Night Lights) tras el reciente fallecimiento de la madre. Y es de agradecer la buena mano de Abrams para no edulcorar este tipo de escenas y decantarse por la sutilidad de las miradas o los pequeños gestos para emocionar al espectador. 
Con tanto peso sobre los personajes, el quinteto protagonista no lo tenía nada fácil para dar la talla a su corta edad. Y lo cierto es que todos y cada uno de ellos deslumbran en papeles tan diferentes como el del pirómano Cary o la dulce Alice (Elle Fanning). La sensación de camaradería que logran como grupo es simplemente entrañable y a nivel individual logran construir a los verdaderos narradores de la cinta, que tienen en secundarios como Chandler o Noah Emmerich (visto en El Show de Truman o The Walking Dead) ese refuerzo adulto que otorga más verosimilitud al relato. 
Crítica de cine: Super 8
Sobre la criatura, hay que dejar claro que esto no es Cloverfield, con la que se dieron casos de gente enchufada a Internet durante todo el fin de semana del estreno buscando como locos una captura pirata del monstruo. En este caso se trata de otra de esas piezas de puzzle que forma este marco tan resultón y que resulta igual de efectiva tanto en su racionamiento en pantalla como en su aparición en los minutos finales. SPOILER Se trata más de una especie de Godzila a menor escala más que de un E.T., incomprendido y maltratado por los humanos y cuyo instinto de supervivencia está por encima del de destrucción cuestionando la naturaleza humana y bla bla bla FIN SPOILER.
Al final, nos encontramos ante una película con monstruo de las de toda la vida que tiene en ese halo generacional bien planificado su propio valor añadido. Porque al fin y al cabo, ese estilo propio del que tanto adolece Abrams, que nunca ha inventado nada, puede trascender al manejo de la cámara o al uso de la fotografía para convertirse en una forma de conectar con el espectador. Que al final, es de lo que se trata.

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