Crítica de cine: The Crazies

Por fin una cinta de género que no insulta al espectador.

Nota: 6,5
Lo mejor:
Lo peor: que acaba pareciendo más un thriller que una película de terror, lo que no tiene por que ser necesariamente malo.
El triunfo de las parodias Zombies Party y Bienvenidos a Zombieland son la demostración de que pocos subgéneros han sido tan explotados en los últimos años como las cintas de muertos vivientes. Y al final todos los ejemplos comparten un argumento y desarrollo bastante similar respetando a rajatabla los tópicos del manual. Lo que suele diferenciar una buena cinta de género del resto es una dirección respetuosa con el espectador, que sin pretender inventar el fuego consiga mantener la tensión y consiga que los personajes importen. Por suerte, The Crazies pertenece a ese exclusivo grupo. 

Un avión cargado de armas biológicas que se estrella en una pequeña localidad es la excusa para que comience el apocalípsis. Los militares no tardan en llegar al pueblo pero sus radicales métodos de contención no serán vistos con buenos ojos por el Sheriff Dutton (Tymothy Olyphant), que emprenderá una huida para rescatar a sus mujer (Radha Mitchell). La particularidad de esta infección es que no idiotiza a sus víctimas hasta el punto de convertirles en devora cerebros babeantes, sino que les vuelve unos sádicos que no dudarán en utilizar todos los recursos necesarios para torturar y matar a los humanos que se les pongan por delante. 
A partir de aquí no esperéis juegos de sombras o chillidos inesperados que os hagan saltar en la butaca. El ritmo se sostiene gracias a un más que correcto manejo de la tensión y el gore que son el mejor sueño de las sagas Saw y Hostel. Un mérito del irregular realizador Breck Eisner que tras el fiasco que supuso Sáhara confirma la tendencia al género que comenzó en la serie Terror en estado puro. Por su parte Tymothy Olyphant sigue esculpiéndose la reputación de tipo duro repitiendo el rol crepuscular de la magistral serie Deadwood o la actual Justified. 

Y es que The Crazies parece en ocasiones un western sobrenatural más que una cinta de terror. Los desolados parajes rurales de la América profunda son utilizados para regalarnos unos planos que ensalzan las rivalidades o los obstáculos entre unos personajes que en otras manos caerían en el olvido en el minuto 2. Pero ya os hemos avisado de que no hay sorpresas por ningún lado. La casi obsesiva fijación a la fórmula se convierte en un punto a favor que nos permite desconectar el cerebro durante hora y media a sabiendas de que no vamos a sentir que nos están tomando el pelo.