Crítica de "Colateral: Lugar y Tiempo Equivocados" ("Collateral" USA 2004)

Sinopsis: Max lleva doce años de taxista en una gran ciudad y Vincent es un asesino a sueldo. Una serie de circunstancias hacen que Vincent secuestre el taxi de Max, lo que convierte a Max en “Colateral”, en otras palabras, en desechable simplemente por estar en el sitio inoportuno en el momento inoportuno. Perseguidos por la policía de Los Angeles y por el FBI, Max y Vincent acabarán dependiendo el uno del otro para sobrevivir.
No soy precisamente yo, quien descubrirá en estas líneas la calidad innegable de un cineasta con todas las letras como lo es el Sr. Michael Mann. Creo que absolutamente nadie (y por supuesto ningún fanático del género policial) podrá borrar de sus retinas aquella excelente balacera que se producía promediando ese tremendo peliculón titulado “Fuego contra fuego” (“Heat” 1995).
Más allá de tratarse de un policial excelentemente narrado de principio a fin, y con un duelo actoral espectacular producido por los eternos Al Pacino y Robert De Niro, aquella escena de acción fue una de las filmaciones más espectaculares que me ha tocado ver durante mucho tiempo en la cinematografía contemporánea. Con un evidente toque distintivo en lo que se refiere también al aspecto narrativo de sus filmes, Michael Mann ha brindado sendas joyitas cinematográficas a lo largo de su fructífera carrera.
Allá por el año 2004, y luego de haberse despachado con un tremendo peliculón titulado “El Informante” (“The Insider” 1999), Mann volvió a meterse de lleno en el género policial con “Collateral”, una cinta sumamente entretenida, excelentemente bien filmada y por sobre todo, poseedora de una narración extremadamente llamativa y efectiva del dúo protagónico del filme.

La historia nos ubica en una bella noche en la ciudad de Los Angeles, en donde un joven taxista llamado Max (Jamie Foxx) se apresta a tener otra rutinaria y quizás aburrida jornada nocturna. Todo está calmo y nada está fuera de lo normal en la vida de Max. Pero las cosas cambiaran cuando un asesino a sueldo (interpretado de manera magnífica por Tom Cruise) secuestre su taxi y lo obligue, literalmente hablando, a conducirlo hacia ciertas locaciones definidas en dónde Vincent deberá hacer inquietantes trabajos delictivos.
“Collateral” es en definitiva, un excelente policial. Aquí tenemos un guión simple en líneas generales, pero totalmente efectivo de principio a fin. Efectivo en su planteamiento general, efectivo en la historia policial que se narra, y por sobre todo, efectivo en el armado de la relación que lentamente va gestándose entre los protagonistas principales del filme. Y allí es en donde creo que se encuentra uno de los mayores aciertos de este gran policial, en la relación de los dos personajes principales.
Es bastante llamativo que ciertos diálogos entre Tom Cruise y Jamie Foxx tengan, en definitiva, tanta importancia para el narrado general del filme como sendas escenas de acción excelentemente bien filmadas. Todo un acierto del guión, y por sobre todo, todo un acierto de Michael Mann en la importancia que le da a ciertos detalles que quizás otros cineastas hubieran pasado por alto.
Muy poco hay que reprocharle a Michael Mann en cuanto a la filmación propiamente dicha. Es cierto que Mann se enamoró terriblemente del formato digital, pero también es cierto que en “Collateral” es en donde mejor uso le ha dado a dicha tecnología (sólo para citar un ejemplo, creo que en la muy buena “Enemigos Públicos”, Mann abusó en demasía de dicho recurso), filmando toda la película de noche con una nitidez pocas veces vista y acoplando a esto un par de escenas realmente para el recuerdo. Son ejemplo de esto, la espectacular balacera dentro de un boliche nocturno, o la tensionante escena que se desarrolla dentro de un club de jazz.

Otro punto fuerte del filme son indudablemente sus actuaciones. Si bien Jamie Foxx compone de manera muy efectiva el rol de un taxista que debe lidiar con una noche francamente de terror, quien se lleva todos los laureles aquí es el cada vez más sólido Tom Cruise. Cruise es un actor que nunca fue de mi agrado en sus comienzos, pero que a partir de muy buenas actuaciones (“El Ultimo Samurai” fue una de ellas) ha terminado de convencerme por completo. Aquí literalmente compone de manera brillante a un despiadado y cínico asesino a sueldo, quien además entabla una relación muy bien narrada con el personaje de Jamie Foxx.
Sin mucho más para decir, solamente quería recordar este muy buen policial que allá por el año 2004 Michael Mann nos brindó a todos los espectadores que amamos este género. Un género que algunas veces peca de cierta repetición, pero que a la hora de ver cine, es uno de los que mayores satisfacciones me ha brindado.
Calificación de la Película: Excelente.
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