Crítica de "El Hombre Perfecto", dirigida por Yann Gozlan

ARTÍCULO POR ANA RODRÍGUEZ
CLEPTOMANÍA CINEMATOGRÁFICA
Título: El Hombre Perfecto. TÍtulo original: Un Homme Idéal. Director: Yann Gozlan. Intérpretes: Pierre Niney, Ana Girardot, Ludovic Berthillot, Valeria Cavalli, Marc Barbé, André Marcon, Laurent Grévill, Thibault Vinçon. Género: Thriller. Distribuidora en España: Karma Films. Estreno en España: 13/05/2016. Nota: 2/5. 
Sinopsis: A sus 26 años, Mathieu, sigue soñando con ser un escritor de prestigio, pero a pesar de todos sus esfuerzos, no consigue publicar nada. Mientras tanto, se gana la vida en la empresa de mudanzas de su tío. Su destino dará un vuelco el día en que, por casualidad, se tope con el manuscrito de un anciano solitario que acaba de morir. Al principio tendrá escrúpulos, pero acabará por publicarlo a su nombre. Una vez convertido en la nueva promesa de la literatura francesa, se espera con impaciencia que escriba su segunda novela. La vida de Mathieu se convertirá entonces en una maraña de mentiras cuyo único fin es preservar a toda costa su secreto.
Pierre Niney (Yves Saint Laurent) interpreta al joven escritor frustrado que será capaz de todo por ver su novela publicada. Le acompaña Ana Girardot (Escobar: Paraíso Perdido), la novia del protagonista acomodada en la alta burguesía y atraía por el talento de Mathieu. Este dúo de jóvenes y brillantes actores del panorama actual francés, darán vida a los personajes centrales del segundo largometraje del director Yann Gozlan.
Nos encontramos ante un thriller que el cine ya nos ha contado muchas veces. La similitud con la película El Ladrón de Palabras es palpable, ya que incluso la historia robada transcurre en la guerra. El transcurso de la historia también nos recuerda al estilo de Hitchcock, consiguiendo una caracterización de la evolución del protagonista impactante.
Con una narración in media res, y con un estilo chic en un entorno de clase alta, El Hombre Perfecto no consigue convencer debido a sus numerosas incoherencias y a un guión nada original repleto de lugares comunes.