Y que mejor que festejar las 100 críticas de Cinenovedades con una película que define casi a la perfección lo que es mi pasión por el cine y sobre todo mi pasión por el cine policial, algo que ya saben muy bien a esta altura casi la totalidad de los lectores de este blog, sobre todo un gran amigo blogger, Damián de Ojo al Parche, quien con total justicia me cataloga literalmente como “fanático de este género”. A él y a todos los lectores de este humilde blog va dedicada la crítica de “Estado de Gracia”, una de las mejores cintas policiales de los años noventa sin lugar a dudas.
Dos años antes de que el director Phil Joanou dirigiera una más que correcta cinta de suspenso titulada “Deseo y Decepción” (“Final Analysis”), filme que contaba en el elenco con los ascendentes Richard Gere, Kim Basinger y Uma Thurman, Joanou se despachó con la más injustamente olvidada cinta de los años noventa. Sí, estamos hablando de “Estado de Gracia”, un policial realmente extraordinario por donde se lo mire. Un producto cinematográfico de una calidad enorme que pasó en su momento casi sin pena ni gloria por absolutamente todos lados. La película comienza relatándonos la historia del policía de Boston Terry Noonan (Sean Penn) quien vuelve a su viejo barrio de la infancia, en dónde no solo había dejado de lado sus amistades, sino también los problemas delictivos en los que ellos estaban metidos. Su regreso al barrio no sólo lo devuelve a su vieja vida y a sus amistades, sino que también trae aparejado un trabajo encubierto como policía de Boston. Debe detener a la mafia de sus amigos antes de que concreten un nuevo trato con la mafia italiana y todo su esfuerzo sea demasiado tarde. Sin embargo, Terry deberá decidir entre su deber como policía o su inquebrantable amistad de antaño, sobre todo la de su fiel amigo Jackie (Gary Oldman).
Aquí el guión corrió por cuenta de Dennis McIntyre (lamentablemente fallecido el 1 de Febrero de 1990, muy poco tiempo después del estreno de la cinta, la cual significó su único guión cinematográfico), quien brindó un libreto genial de principio a fin. Un guión que es una joya ya desde su comienzo, en donde Terry se infiltra en la organización criminal de los amigos de su infancia para cumplir su labor policial, pero que también va sintiendo muchísima culpa interna por el hecho de tener que juzgar a sus propios amigos (según lo que su mismo personaje le dice en un momento a su jefe de policía, interpretado por un eficiente John Turturro). Esa lucha interna que el personaje de Sean Penn mantiene durante casi todo el filme, es la columna vertebral de un guión plagado de aciertos. Aciertos en el ritmo narrativo. Aciertos en la estupenda narración y desarrollo de personajes, y aciertos desde el punto de vista del suspenso y el drama que el filme genera en dos horas y diez minutos que se pasan realmente volando.
Phil Joanou fue el encargado de la dirección de la cinta, y la verdad es que no tengo más que palabras de elogio para un director que si bien no ha tenido una carrera de lujo ni mucho menos, sí ha dado aquí un trabajo estupendo para el recuerdo cinéfilo de cada uno de los amantes de los policiales y del cine en general. Joanou supo recrear muy bien desde la impecable fotografía, el barrio en donde se desarrolla la trama principal, además de plagar a la cinta de un drama muy realista a través de situaciones traumáticas en muchísimos momentos del filme. Por eso la película pasa de manera extraordinaria del policial al suspenso y del suspenso al drama y viceversa sin ningún tipo de problemas, ya que la combinación de un estupendo guión con una fabulosa narración ha dado un producto cinematográfico sin fisuras, hasta alcanzar una escena final memorable por la combinación de distintas imágenes dignas de un montaje espectacular.
Y si hablamos de las actuaciones, literalmente son para el recuerdo. Aquí tenemos interpretaciones fabulosas, fabulosas y fabulosas. Así de sencillo. Comenzando por un ascendente Sean Penn, quien luce sumamente correcto en el rol del policía encubierto a quien su pasado puede jugarle una mala pasada, pasando por un más que correcto Ed Harris en el rol del líder de la banda criminal, y finalizando por un fabuloso Gary Oldman en el mejor papel de su carrera cinematográfica por lejos (quizás junto con el de “El Perfecto Asesino”), interpretando al hermano de Frankie (Ed Harris) pero siendo el mejor amigo y compinche del personaje de Sean Penn, lo cual le dará un matiz dramático soberbio a la película.
En definitiva, “Estado de Gracia” es literalmente el mejor policial que he visto en mis 32 años de vida. Un producto cinematográfico hecho con el alma y con una calidad cinematográfica tan alta que perdura en el tiempo de manera envidiable. Una película altamente recomendable.
Calificación de la Película: Excelente.
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