Revista Cómics
Vista entera Ghost in the Shell Arise, y tengo que decir que, para tratarse de una serie que intenta sin más explotar un fenómeno previo, el resultado global es bastante mejor de lo que uno cabría esperar. Es obvio que la serie no puede competir con la película, un hito indiscutible de la historia del anime, pero por sí misma ofrece bastantes alicientes que hacen que merezca la pena su visionado.
Dado que la película intentaba basarse en el manga original (podando con bastante alegría muchas historias, tal vez no centrales para la trama, pero sí muy interesantes), y que la serie Stand Alone Complex tenía una estructura más intrigante, muy centrada en lo que sería un desarrollo como de temporadas, esta serie se ha centrado, creo que con acierto, en contarnos más acerca de los personajes. El foco de la historia no sólo está puesto en Kusanagi, sino en todos y cada uno de sus colaboradores, desde el fiel Bato hasta Aramaki, Togusa y los demás.
Justo ahí se encuentra uno de los puntos fuertes de la serie, su enfoque temporal. Lejos de ver una Sección 9 firme y consolidada, asistimos a cómo se conocen todos estos personajes mucho antes de que formen parte del mismo equipo especial. Algunos de los orígenes son bastante interesantes y sorprendentes y las relaciones iniciales, en especial la de Bato con Kusanagi, resultan convincentes como primera toma de contacto. La propia Kusanagi, además, da el pego como agente novata que no tiene mucha idea de cómo funcionan las intrigas de su mundillo.
El apartado visual de la serie es excelente, aunque cabe decir que no mejora de manera especial a las series anteriores. El por qué esto sucede así, es algo que debe juzgar cada uno. ¿Se debe a que la serie anterior y las películas estaban adelantadas a su tiempo, o a que no han arriesgado en el apartado gráfico de esta nueva iteración? Resulta muy difícil responder de manera satisfactoria. En términos sonoros se ha intentado dar una vuelta de tuerca a los clásicos temas, utilizando una banda sonora y unos temas muy eclécticos. Nuevamente es muy difícil comparar el resultado con sus increíbles predecesores, en especial la música de intro de Stan Alone Complex, llamada Inner Universe y posiblemente una de las mejores sintonías de anime jamás compuestas. Por otro lado, un gran acierto es que se ha contado con músicos de alto nivel para los endings de cada uno de los capítulos, como por ejemplo Sean Lennon (hijo de John Lennon pero con una excelente carrera tanto propia como miembro del grupo Cibo Matto).
Dentro de los contras, es imposible pasar por alto lo demasiado parecida que es la serie a sus predecesoras, incluso en ciertos patrones argumentales como el típico villano hacker de robots que resulta poseer aspiraciones mucho más románticas de lo que uno podía imaginar. Es el clásico callejón sin salida al que uno se enfrenta cuando ve un reboot o un remake: ya sea porque se parezca, ya sea porque no, siempre se pueden encontrar puntos negativos en la comparación. En resumen, la serie por sí misma funciona, pero no cabe duda de que la disfrutarán mucho más aquellos fans de Motoko Kusanagi y sus compañeros de escuadrón. Recomendada sobre todo para seguidores de la serie, pero no está de más que todo aquel interesado en ella la visualice antes de que la inminente y controvertida película lo cambie todo por completo (la elección de Scarlett Johansson en el papel de Kusanagi ha provocado no pocas iras, acusándose a los responsables de purgar a la protagonista de su origen asiático por motivos raciales y de taquilla).