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Crítica de La Conspiración de Noviembre

Publicado el 18 marzo 2015 por Bebina @Games4u_es
650_1200 Cuando me dispongo a entrar en una sala de cine, previo paso por mi irracional travesía de maíz y bebidas ligeramente edulcoradas, pido al menos una simple y sencilla cosa de la película que me dispongo a ver, independientemente del resultado final que sea sincera consigo misma y por ende que no intente engañar al espectador. CRÍTICA DE LA CONSPIRACIÓN DE NOVIEMBRE Es en este punto donde se sitúa esta cinta de espionaje, con las ideas muy claras y tomando a dos piezas claves de las películas de 007, una de ellas y más que evidente es Pierce Brosman, el cual se puso en la piel del agente británico en cuatro ocasiones, mientras que por otro lado nos encontramos a Olga Kurylenko, chica Bond en Quantum of Solace. Estos son los mimbres que toma Roger Donaldson (13 Días) para construir y armar esta película de espionaje, más cercana al Jason Bourne de Paul Greengras que al personaje creado por Ian Flemming. 1983312 La conspiración de noviembre toma como punto de partida un recurso bastante familiar, espía curtido con misiones por todo el mundo que hace de cicerón a un nuevo agente, joven e impulsivo (Luke Bracey), incapaz de darse cuenta que su aprendizaje es un largo camino por recorrer. Y como estas relaciones de agentes secretos en ocasiones parecen pequeños dramas románticos con pistolas de por medio, la relación entre ambos se fractura apartando al bueno de Pierce Brosnan a un prematuro retiro. El caso es que lo azaroso del destino vuelve a cruzar sus caminos con conspiraciones internacionales de por medio, trata de blancas e infinidad de crímenes de guerra. 65934 Siempre se ha dicho que con buenos mimbres se hace una buena cesta, pero éste no es el caso al menos durante ciertos momentos del metraje de la cinta, pese a que como decía antes Brosnan se aleja de la galantería británica para convertirse en un personaje más frio y letal, las situaciones en las que se va encontrando carecen de sentido alguno, por no decir que Donaldson no sabe ni dónde poner la cámara para rodar ciertas escenas de acción, sino que para mayor condena nos muestra a cámara lenta dichas escenas. Es de agradecer la claridad y sinceridad con la que el director trata al espectador, pero esto no es suficiente cuando las partes fuertes de una película de espionaje quedan tan sumamente descafeinadas. Para aquellos que quieran conocer el punto más álgido de Roger Donaldson, echen mano de Dvd o Bluray y háganse con una copia de Trece Días. Pese a los ya mencionados fallos que encontramos, estamos ante una película que gustará más a los seguidores de las películas de Bourne que a los amantes de las historias de Bond. Buenas persecuciones por Europa del este, tiroteos más o menos bien resueltos y una trama suficientemente entretenida para no desfallecer en la butaca.

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