Gracias a Globally tuvimos la oportunidad de disfrutar de la premiere de la nueva película de Cristian Molina, la instructiva "De mayor quiero ser soldado". Una gran oportunidad que nos permitió compartir un amable diálogo con el director y después asistir a la proyección de este esperado film.
"De mayor quiero ser soldado" hay que evaluarla desde dos perspectivas distintas: el aspecto pedagógico y el puramente cinematográfico. Tras el encuentro con Crhistian pudimos apreciar que otorga mucho más valor a ese primer aspecto que al segundo. Una posición muy loable que impregna toda la película de un aura de educación necesaria en los tiempos que corren.
El director nos presenta un film donde la violencia y el dolor conviven con la rutina. La televisión, los videojuegos y las noticias se adueñan de la personalidad de un niño con graves carencias afectivas que busca en las armas una salida a su irritación. Un amigo imaginario se convierte en el único aliado y, tristemente, en la única voz con poder en su cabeza.
Como decía, el film se mueve en dos frentes. Si nos centramos en el cinematográfico la película falla básicamente en el ritmo y en algunos discursos llenos de moralina innecesarios. La evolución de Alex (Fergus Riordan) es lenta, pausada, plana, sin apenas cambios en el discurso. Sus amigos imaginarios,un militar y un astronauta, interpretados ambos por Ben Temple, ayudan a empujar el relato con diálogos bien elegidos y muy significativos.
El otro frente, el puramente educativo, lo afronta con auténtica devoción. Un título que debería proyectarse en los colegios porque en su carácter pedagógico reside toda su fortaleza. Otorga tanto poder a los medios audiovisuales, que constituyen el auténtico empujón al precipicio de un niño en medio de una familia desestructurada.
El plantel interpretativo es internacional "para no enmarcar la trama en ningún lugar concreto" en palabras de su director. Agradecido de contar en su película con nombres de la talla de Danny Glover (Arma Letal) ó Robert Englund (Pesadilla en Elm Street), se vió casi obligado a crear personajes nuevos para incluir estos actores en la película.
Como ya le ocurriera con "Diario de una ninfómana", el cartel del film ha creado polémica. Se ha prohibido su exhibición en los autobuses catalanes, lo cual no ha gustado nada a su director. Oírle hablar de "De mayor quiero ser soldado" es contemplar a una persona entregada a su proyecto, que repetiría experiencia sin dudar y que se siente feliz con su trabajo.
Menos tele y más cine...
José Daniel Díaz