María Vaquero quien ya escribió de Fuerza Mayor, vuelve al blog para hablarnos de Pasolini, la película biográfica que ha dirigido Abel Ferrara (Teniente corrupto o El funeral) y que está protagonizada por Willem Dafoe. La cinta narra los últimos días del revolucionario director de cine italiano, asesinado en 1975 en el pueblo costero de Ostia (Italia).
Pasolini
por María Vaquero
Con Pasolini, Abel Ferrara se acerca a la figura de Pier Paolo Pasolini en los momentos postreros de su vida, antes de ser salvajemente asesinado en una playa de Ostia el 2 de noviembre de 1975. Han pasado casi cuarenta años desde que alguien (el misterio de quién lo asesinó y por encargo de quién todavía lo sigue siendo) le arrebató al mundo uno de sus intelectuales más lúcidos. Pero la función del cineasta neoyorquino no es la de ejercer de detective para esclarecer el caso sino que, a través de su particular visión, busca mostrar la complejidad de un maestro.
Maestro de la literatura, también de la cinematografía pero, especialmente, maestro del pensamiento crítico.Partiendo de referencias de la última película de Pasolini, la controvertida Saló o los 120 días de Sodoma (Saló o le 120 giornate di Sodoma, 1975), Ferrara opta por mostrar fragmentos de esas últimas horas de vida que se entremezclan con recreaciones de los proyectos futuros que llenaban el tiempo del intelectual. Pasolini vivió estos momentos haciendo lo que más disfrutaba: escribiendo cuentos y cartas, pensando en su próxima película, Porno – Teo – Kolossal, que nunca pudo ver realizada, comiendo con su familia y sus amigos más próximos y dejándose llevar por el deseo que le hizo acercarse, una vez más, a los bajos fondos de Roma. El espectador asiste a todo ello, con alguna dificultad para discernir entre la realidad y la creatividad pasoliniana, sumido en un ambiente de oscuridad a modo de mal presagio gracias a los tonos sombríos de la fotografía de Stefano Falivene.
Ferrara hace un retrato de un Pasolini absolutamente pesimista inmerso en una Italia convulsa y violenta, donde se sucedían los crímenes día tras día. En su última entrevista, el intelectual contesta con desgana a las preguntas de Furio Colombo (Francesco Siciliano), pero mostrando una gran lucidez y alertando del peligro de alienación que se cierne sobre el ser humano; una mente brillante pronosticando el futuro con escaso margen de error. Serán sus últimas declaraciones públicas bajo un título propuesto por él mismo: «Estamos en peligro». Pier Paolo Pasolini lo estaba realmente y era consciente de ello.
Willem Dafoe es el encargado de vestirse con la piel del personaje y, tratándolo con infinita ternura, sin juzgarlo, es capaz de hacernos llegar parte de su alma. Pero sabe a poco, quisiéramos poder conocer más aspectos de la vida de Pasolini, de su obra y sus inquietudes. Es cierto que ya se han hecho otras aproximaciones, en tono documental, como Pier Paolo Pasolini e la ragione di un sogno(Laura Betti, 2002), pero también lo es que la película se queda en unos pocos apuntes, esbozados de forma un tanto caótica, que dan una ligera idea acerca de la personalidad pasoliniana pero que dejan con ganas de más. A pesar de ésto se agradece que no se ahonde en el misterio del crimen y se centre la visión en la concepción de la vida del personaje a través de su obra y sus palabras. También es de agradecer que, en gran medida, se remita a las experiencias sexuales de Pasolini a través de los elementos autobiográficos de su obra (salvo en el momento de su asesinato, algo que no se puede modificar por razones obvias), pese a que no se explique el uso que del sexo se hacía en la misma, con un carácter marcadamente simbólico independientemente de las tendencias del propio autor, algo que resulta irrelevante.«Willem Dafoe es el encargado de vestirse con la piel del personaje y, tratándolo con infinita ternura, sin juzgarlo, es capaz de hacernos llegar parte de su alma».La figura de Pasolini sigue interesando cuarenta años después de su trágica desaparición y se seguirá tratando de dilucidar el porqué de su asesinato a través de publicaciones y películas más o menos logradas. El mayor acierto de Abel Ferrara es haber huido del morbo tomando el suceso como un elemento más de su vida y no como lo principal, porque los espectadores ansiamos conocer más a fondo la obra y las obsesiones de uno de los mejores pensadores de la Historia reciente. Lo mejor: Willem Dafoe.Lo peor: que se dé por hecho que el espectador conoce de antemano la figura de Pasolini.