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Crítica de «Shameless» de Showtime

Publicado el 14 septiembre 2015 por Carmelo Carmelo Beltrán Martínez @CarBel1994
Crítica de «Shameless» de Showtime

Título: ShamelessCreador: Paul AbottGénero: Humor negro; DramaTemporadas: 5Estado: En emisiónCanal: ShowtimeAño de estreno: 2011

Crítica de «Shameless» de Showtime

Producción del canal Showtime y versión americana de la serie homónima original del Reino Unido que cuenta la historia de una familia disfuncional en la cual el cabeza de familia pasa ebrio la mayor parte del día y sus hijos viven en la absoluta desatención. La adaptación norteamericana nos llega de manos de John Wells ('El Ala Oeste de la Casa Blanca') y la historia tiene lugar en Chicago.
Frank Gallagher (William H. Macy, 'Fargo', 'Magnolia') es este padre de seis hijos que se caracteriza por ser un egoísta alcohólico y completamente narcisista que vive de las ayudas sociales -conseguidas ilegalmente con triquiñuelas- y no hace más que pasar todo el día bebiendo. Su hija más mayor, Fiona (Emmy Rossum, 'El fantasma de la ópera'), con tan solo 21 años tiene todo el peso de sus hermanos pequeños sobre sus hombros y acepta todo tipo de trabajos temporales para traer algo de dinero a casa.
El resto de los hermanos son todos menores: Phillip (Jeremy Allen White) tiene 17 años y es un estudiante perfecto que, a pesar de su buen rendimiento académico, tiene malos hábitos como el consumo de marihuana y alcohol; Ian (Cameron Monaghan, 'Malcolm'), de 16 años, alistado en la Escuela Militar, trabaja en el supermercado local y es gay, pero sólo unos pocos lo saben; Debbie (Emma Kenney) y Carl (Ethan Cutkosky), con 11 y 10 años, respectivamente, son los pequeños.
La primera siempre intenta ayudar, pero Carl tiene gustos más problemáticos y siempre se mete en líos. Por último, Liam Gallagher (los gemelos Brennan Kane Johnson y Blake Alexander Johnson), con pocos años de edad, interpretan al hermano menor. Lo más curioso es que el chico es negro a pesar de ser hijo de blancos

Crítica de «Shameless» de Showtime




Crítica de «Shameless» de Showtime
Hace más de un año me recomendaron una serie de televisión llamada Shameless. Cuando vi su piloto me llamó la atención, no obstante, pensaba que todo lo que fuese a ver a partir de entonces era la típica comedia negra basada en una familia desestructurada, rodeada de drogas, sexo y alcohol. Me equivocaba.
Aunque tardé en terminarla, su primera temporada me gustó. Pese a que la trama no me enganchaba completamente, fui viendo cada capítulo buscando algo que me incitase ganas de ver el siguiente, que me provocase esa necesidad que solo producen aquellas obras que conectan con el espectador. No lo encontré. Esto, sumado a las dificultades que tuve para encontrar la segunda temporada en inglés hicieron que dejase la serie abandonada en un pequeño cajón de mi memoria, el cual no volví a abrir hasta agosto de este año.
Agosto empezó con malas noticias y, por motivos médicos, tuve que cancelar un viaje que me llevaría fuera el resto del mes. El doctor me mandó reposar, ante lo cual decidí ponerme con una serie. Debido a que muchas veces escuchaba a dos amigas hablando de esta producción le di una segunda oportunidad y tras encontrar —por fin— la segunda temporada en inglés, comencé con ella.
Con esta segunda hornada de capítulos mi percepción de la serie viró ciento ochenta grados. Desde el primer episodio sentí una necesidad imperiosa de saber qué iba a ocurrir en el siguiente. Empecé devorar tres, cuatro e incluso cinco capítulos cada día. Era verano, y gastaba todo mi tiempo libre tirado en la cama delante del televisor. El único momento en el que descansaba era cuando salía con amigos, y no era raro el día que a la vuelta me pusiese otro de madrugada antes de irme a dormir. Por ello, el 21 de agosto había terminado las cinco temporadas de las que actualmente consta la serie. Se ha convertido en una de mis series favoritas y estoy ansioso por el estreno de la season six. ¿Se resolverá por fin el misterio de dónde sacaron una XBOX?
Uno de los mejores aspectos de esta serie son sus personajes. Nos encontramos ante una familia desestructurada en la que cada uno de sus miembros puede representar a una parte de la sociedad. Son seis niños que han tenido que seguir adelante sin la ayuda de sus padres, puesto que cuando aparecen, más que ayudar les ponen zancadillas. Un padre borracho y una madre bipolar, que se niega a tomar su medicación, no son el mejor ambiente para criar a unos hijos.
Los personajes han estado en constante evolución. Cuando empecé la serie lo que más me gustaba ver en pantalla era la trama de Fiona y Steve/Jimmy, a Ian y sus intentos de salir del armario y las aventuras de Frank para seguir adelante. Ahora que he continuado viéndola mis preferencias han cambiado, y Lip se ha convertido en mi personaje favorito. 
El avance de la serie no ha supuesto solo mejoras, sino que también creo que se han quemado con algunas tramas: Fiona me aburre. A pesar de que cambie el chico sus historias son muy parecidas. Siguen casi siempre el mismo esquema. Frank se ha convertido en un personaje muy repetitivo, incluso podríamos decir que una parodia de sí mismo, aunque los momentos que comparte con la doctora me han gustado mucho. Ian, por su parte, ha ido perdiendo peso en la historia, hasta —en mi opinión— ser devorado en carisma e importancia por Mick. Eso sí, el aporte de Summy a los últimos trece episodios ha sido un acierto, dando un soplo de aire fresco a la casa de los Gallagher. 
Respecto de los secundarios, es una serie que puede presumir de ellos. Como decía antes, Mick ha ganado muchísimo peso y carisma. Ha pasado de ser odiado a ser querido. Mientras que Kev y Verónica, los vecinos, han ido apareciendo cada vez más en pantalla, gracias a que han recibido una trama a la altura de sus personajes.
Si me tuviera que quedar con algo de esta serie sería con las formas en las que los hermanos superan las adversidades, y sobre todo, la forma en la que esta se narran, ya que consiguen sacarte una sonrisa hasta en las situaciones más inverosímiles. Te enseñan que la vida no siempre hay que tomársela tan a pecho y que, a pesar de todo lo que nos ocurra, nunca tenemos que olvidarnos de disfrutar.
Para acabar, como apunte para aquellos que hayáis visto las cinco temporadas, tengo dudas sobre el final que le dan a la trama de Lip. Creo que se sale en exceso del desarrollo y de la madurez que este personaje ha ido experimentando. Veremos en la sexta.
Crítica de «Shameless» de Showtime

William H. Macy como Frank Gallagher.Emmy Rossum como Fiona Gallagher.Jeremy Allen White como Phillip «Lip» Gallagher.Cameron Monaghan como Ian Gallagher.Emma Kenney como Debbie Gallagher.Ethan Cutkosky como Carl Gallagher.Shanola Hampton como Veronica Fisher.Steve Howey como Kevin «Kev» Ball.
@CarBel1994

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