Haciendo historia en la televisión de nuestro país
Nota: 8
Lo mejor: lo que representa.
Lo peor: un ritmo demasiado pausado que puede echar para atrás al espectador desprevenido.
Podemos decir muchas cosas de la televisión que se está haciendo últimamente en España, pero lo que desde luego es evidente es que hay ganas de innovar en las series. Los productores parecen haberse dado cuenta de que hay vida más allá de las tabernas y los institutos e intentos más que decentes como Hispania, La República o El Barco así lo demuestran. Pero esos ejemplos que hemos mencionado no terminan de romper con las cadenas que han atado a nuestras ficciones catódicas durante los últimos 20 años (y que resumimos hace unos meses en este reportaje) y se acercan peligrosamente al ridículo de otras muestras recientes como En Tierra de Lobos, Los Protegidos o Ángel y Demonio.
Pero en una época en la que ya no dependemos de temerosos programadores para disfrutar de una serie de cualquier parte del mundo se hacía necesario dar un salto cualitativo cuanto antes, y al igual que sucedió hace una década en Estados Unidos, ha tenido que ser de manos de una cadena privada, Canal +. Tras el salto descubre el análisis de la que tiene todas las papeletas para ser la mejor serie hecha nunca en nuestro país, Crematorio.
No es fácil definir en una escueta sinopsis el argumento de Crematorio. Su oportunista frase promocional reza "Una serie sobre la corrupción en España", pero es mucho más que eso, es el drama de la familia Bertomeu a lo largo de 30 años de eclosión urbanística en nuestro país. Un clan en la mejor tradición de los Ewing o Los Soprano y que tiene como principal cabeza a Rubén Bertomeu ( perfecto José Sancho), un empresario sin escrúpulos al que llaman "El Arquitecto". Un tiburón que no rechaza ningún tipo de táctica para lograr su objetivo mientras ejerce como cacique de la imaginaria localidad mediterránea de Misent.
Todo comienza precisamente con el cierre del crematorio local tras descubrirse que su dueño no quemaba los cuerpos para ahorrarse los costes. La detención que se hace el mismo día en el que Rubén pierde a su hermano Matías y no solo le obliga a realizar el velatorio en su casa, sino que pone en peligro todo su imperio. Resulta que la funeraria es un pequeño eslabón en el entramado criminal creado por Rubén para blanquear dinero de forma sencilla, y este altercado supone una puerta de entrada inmejorable para la Policía, que lleva detrás de él varios meses.
Pero esa trama criminal realmente nunca llega a cobrar toda la importancia necesaria en este piloto seguramente por la necesidad de presentar a los personajes. Su principal eje argumental son las relaciones entre los miembros de la familia. La hija cansada de los negocios turbios de su padre (una estupenda Alicia Borrachero, como siempre), la abuela dominante, la nieta rebelde o la esposa florero deberían ser las principales preocupaciones de un protagonista que no ve más allá de sus propias metas y que no dudará en traicionar a los suyos si es necesario como nos muestran unos flashbacks tremendamente logrados.
Pero eso no es todo, ya que las dos historias paralelas que nos cuenta Crematorio (en 1981 y en la actualidad) también nos sirven casi como radiografía de la evolución económica de nuestro país desde la perspectiva urbanística. Agentes corruptos, abogados sin moral y matones a sueldo son parte del decorado de la primera serie española que se toma los guiones (por lo menos en su piloto) realmente en serio. La historia contiene las capas suficientes interesar al espectador que no disfruta cuando se lo dan todo mascado, y su puesta en escena es todo lo sobria que podríamos esperar.
No en vano su realizador, Jorge Sánchez-Cabezudo, es uno de los directores televisivos con mejor mano de nuestro país. Tras realizar las injustamente canceladas Guante Blanco y Desaparecida también fue uno de los responsables del éxito de la mencionada Hispania. Y ya tocaba. En su única cinta, La Noche de los Girasoles, ya intuimos una mano espléndida para el thriller que se hace más que evidente ahora y que esperemos mantenga durante los 7 episodios restantes de Crematorio, que podréis ver los lunes en Canal + y los martes en vuestros ordenadores.