Los espías que necesitábamos
Nota: 8,5
Seguro que muchos de vosotros recordáis una de las cancelaciones más lamentadas de la última temporada, Rubicón, ya sea bien porque caísteis rendidos ante su visión realista del mundo del espionaje, o porque no llegasteis a terminar su única temporada cansados de un ritmo lento y que exigía demasiado del espectador. En ambos casos estáis de suerte ya que lo que nos propone Homeland es otra trama clásica de espías solo que acompañada esta vez de un ritmo trepidante. Y si quedaba por llenar algún hueco en nuestra agenda seriéfila repleta de comedias y de dramas policíaco-criminales era el dejado por la difunta serie de AMC, cuyo testigo recoge Showtime con la lección de mantener despierto al espectador más que aprendida.
El análisis del primer episodio de Homeland, disponible en la web de la cadena desde hace días pero emitido oficialmente el pasado domingo 2, tras el salto.
El que ya es el estreno mejor valorado de la nueva temporada también es, paradójicamente, uno de los que menos ruido está haciendo. Y eso es porque no cuenta con ningún gran nombre ni detrás ni delante de las cámaras, lo que ha aumentado considerablemente el factor sorpresa. Sus creadores son Howard Gordon y Alex Hansa, una pareja de productores y guionistas que llevan trabajando juntos desde los tiempos de Expediente X y Buffy, siendo 24 la serie en la que mas se implicaron y la que más ha influenciado a Homeland.
De cara a la galería contamos con el salto a la televisión de otro nombre habitual del cine, Claire Danes (Romeo y Julieta, Belleza Prohibida, Terminator 3), que tras fracasar en su intento de convertirse en una estrella pretende reconducir sus esfuerzos hacia la televisión en el que sin duda es el rol femenino más potente de la nueva hornada (superando a la Maria Bello de Prime Suspect, análisis en breve). La otra cara conocida de Homeland es Damian Lewis, el pelirrojo de Life con perpetua cara de sota, una cualidad que le viene que ni pintada a su personaje.
Y vamos con la historia, basada en un formato israelí, que es el punto fuerte de Homeland. Lejos de copiar literalmente el esquema de 24, con una amenaza creciente y su protagonista sacándole información a tiros a los malos, la nueva serie de Showtime apuesta claramente por el thriller político dejando al equipo de asalto en el gimnasio y centrándose en los analistas de datos. Más concretamente en Carrie, una agente que hace meses sobornó a un funcionario de prisiones en Irak y que ahora está pagándolo con un trabajo de oficina.
Lo cierto es que Carrie no tuvo otra opción, ya que su informador iba a ser ejecutado antes de pasarle unos datos cruciales sobre un preso americano supuestamente convertido a la causa de Al Qaeda. Y decimos "supuestamente" porque ahí reside la gracia de Homeland. El "supuesto" agente aparece 8 meses más tarde durante una operación de asalto del ejercito estadunidense a una casa franca terrorista. Se trata de Brody, un francotirador que fue secuestrado en 2003 y dado por muerto. 8 años después es considerado un héroe por toda la nación, y solo Carrie parece relacionar su sorprendente regreso con la información que le pasaron en Irak.
Las sospechas de la agente son el eje principal con el que juega el piloto y, suponemos, los otros 7 episodios confirmados que forman la primera temporada. Aunque lo cierto es que dejan poco margen a la duda con los reveladores flashbacks a lo El Mensajero del Miedo del tirador, que nos relatan parte de su proceso de conversión y cómo él asesinó a golpes a su compañero también secuestrado por los terroristas. A falta de más episodios, lo que nos queda por saber es si la trama girará en torno al enfrentamiento directo entre Carrie y Brody o si los guionistas arrojarán nuevas pruebas que respalden la inocencia del militar.
Se trata de una premisa potentisima que cae en el riesgo de haberse revelado demasiado pronto. Con lo que solo nos queda confiar en la buena mano que Gordon y Hansa han demostrado en el guión de este piloto para mantener el interés en futuros episodios. Por si acaso, en Homeland no faltan las tramas de relleno de rigor que, eso sí, de momento no le quitan minutos cruciales a la trama principal. En este lado tenemos una de cal y otra de arena, con la mujer de Brody (Morena Baccarin, que no ha perdido el tiempo tras la cancelación de V) esombreciendo la función con un previsible triángulo amoroso, y a los compañeros de Carrie, su jefe Saul (Mandy Patinkin, de Mentes Criminales), con el que tiene una de esas relaciones paternofiliales mentor-alumno, y Virgil (David Marciano, The Shield), probablemente el único compañero de Carrie dispuesto a transgredir las reglas por ella.
Todos y cada uno de los actores están a un nivel más que aceptable, con la excepción de Baccarin, demasiado joven para el papel, y de Lewis, al que todavía no le he cogido el punto. Pero todos quedan eclipsados ante el vehículo de lucimiento al servicio de Claire Danes, el personaje de una mujer en un mundo de hombres que tiene que hacer frente a unos brotes psicóticos que esconde a sus jefes sin dejar de mostrar una determinación y unas agallas que no tienen nada que envidiar a las de Jack Bauer. Carne de Emmy/Globo de Oro, que se llama. Por no hablar de la lectura interna que se puede extraer de un contexto post 11S que no elude las referencias a la manipulación política y bélica por parte del país de Obama, y de la que el personaje de Danes es parte consciente y activa mientras lucha contra el borreguismo de la sociedad ante un siempre bienvenido héroe en tiempos de crisis.
Pero es que además de una interpretación de esas que no te puedes perder y de enganchar con su historia desde el primer minuto, Homeland hace gala de uno de esos montajes en los que el adjetivo dinámico no viene directamente relacionado con los mareos de cámara, sino que su director Michael Cuesta (el de la primera temporada de Dexter) logra con escenas breves pero cargadas de información sin tener que recurrir necesariamente a las secuencias de acción. Es decir, la fórmula del entretenimiento semanal perfecto que ya se ha visto recompensada con el mejor estreno para la cadena desde 2003.