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Crítica del pita del (2004), por albert graells

Publicado el 19 mayo 2024 por Matias Olmedo @DragsterWav3
CRÍTICA DEL PITA DEL (2004), POR ALBERT GRAELLS
El anuncio televisivo de la marca Coca-Cola "Del pita del" es una pieza aparentemente inocua, pero que, al profundizar en ella, revela las tensiones y contradicciones inherentes a nuestra sociedad contemporánea. En esta crítica desentrañaremos los significados latentes que subyacen en el texto publicitario de esta obra cuyo rodaje se prolongó hasta 10 días y en el que participaron hasta 350 personas.
En primer lugar, el título mismo, "Del pita del", es una amalgama de sonidos que desafía la coherencia lingüística. ¿Qué es este "pita del"? Una expresión sin sentido en la superficie, pero que, al mismo tiempo, evoca un sentido de lo familiar y lo cotidiano. Aquí, Coca-Cola manipula las palabras, creando una neolengua comercial que aliena y atrapa al espectador en un ciclo perpetuo de consumo.
En este anuncio el acto de compartir una Coca-Cola se convierte en un alegre ritual de connotaciones paradisíacas, una práctica social que refuerza la cohesión de la comunidad hermanando distintas clases sociales. Pero, ¿a qué costo? Esta aparente camaradería entre la clase obrera y la aristocracia esconde la lógica del capitalismo tardío, donde las relaciones humanas se reducen a transacciones comerciales, y la felicidad se vende en una botella de refresco.
Este anuncio presenta una narrativa de inclusión y diversidad, mostrando personas de diferentes clases sociales compartiendo un momento de alegría gracias a la Coca-Cola. Sin embargo, ¿es este mensaje genuino o simplemente una estrategia de marketing? La botella de Coca-Cola se convierte en un símbolo de unidad superficial, que oculta las desigualdades estructurales y las injusticias sistémicas que persisten en nuestra sociedad.
Además, la música que acompaña al anuncio juega un papel crucial en la construcción de su mensaje. La melodía pegajosa y los coros alegres nos seducen, nos envuelven en una atmósfera de felicidad efímera. Pero, ¿qué hay detrás de esta melodía? ¿Qué deseos y ansiedades colectivas están siendo explotados y manipulados por la industria publicitaria? CRÍTICA DEL PITA DEL (2004), POR ALBERT GRAELLS
El anuncio de Coca-Cola "Del pita del" nos enfrenta a la complejidad de nuestra condición humana en la era del capitalismo neoliberal. Nos invita a cuestionar nuestras relaciones con el consumo, la identidad y la comunidad. Detrás de su fachada de alegría y camaradería, se esconde un mundo de contradicciones y tensiones, de explotación y de confrontación. Esta dinámica refleja las tensiones inherentes a la sociedad capitalista, donde el consumo se convierte en una forma de expresión de identidad y estatus, pero también en un medio de control y opresión.
Desde una perspectiva económica, "Del pita del" refleja la lógica capitalista de maximización de beneficios y expansión del mercado. Coca-Cola, como una de las corporaciones multinacionales más poderosas del mundo (45.754 millones de dólares el año pasado, más que el Producto Interior Bruto de 97 países), busca perpetuar su dominio sobre la industria de bebidas mediante estrategias publicitarias que apelan a las emociones y aspiraciones de las masas. La promoción de la "unidad" y la "felicidad compartida" a través del acto de compartir una Coca-Cola sirve para reforzar la marca y aumentar las ventas a través de una mentira, de una falacia social.
Este anuncio trata de legitimar el sistema capitalista falseándolo y blanqueándolo. Al promover la idea de que el consumo de Coca-Cola es un acto de unión y celebración, se refuerza la noción de que el capitalismo es el sistema que garantiza la felicidad y el bienestar de todos, incluyendo la clase obrera. Esta narrativa oculta las injusticias inherentes al sistema, como la explotación laboral y la concentración de riqueza en manos de unos pocos.
"Del pita del" es mucho más que una simple promoción de un producto. Representa un microcosmos de las complejidades y contradicciones de la sociedad contemporánea, donde el consumo, la identidad y la lucha de clases se entrelazan en un tejido social complejo y en constante cambio.
Mi calificación es:CRÍTICA DEL PITA DEL (2004), POR ALBERT GRAELLS

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